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Moraima Segreo Ricardo, de 63 años, vive con su madre Julia A. Ricardo Salas, de 91, en Holguín. El ciclón Ike que pasó por Cuba en 2008 le destruyó completamente la casa y a estas alturas esperan la ayuda aún del gobierno cubano.
En un reclamo presentado al Partido Provincial de Holguín y al Departamento de la vivienda en el Municipio Gibara, escribió:
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"Quiero pedirle que se me ayude con una vivienda ya que el ranchito donde vivimos se nos está cayendo encima, se moja por donde quiera, el piso es de tierra, pasamos una gran necesidad y miseria".
Según sus declaraciones publicadas por CubaCid, en muchas ocasiones anteriores ha solicitado a los órganos de vivienda que la ayuden a construir su casa -ubicada en el Asiento de Calderón, en Gibara, Holguín- pero nunca ha recibido respuesta.
La madre, por su parte, recibe un retiro de 200 pesos moneda nacional, el cual heredó del esposo fallecido, y ambas viven de ese sustento. La economía familiar se reduce a aproximadamente 8 dólares mensuales.
"Tengo que vivir y ayudar a mi madre haciendo lo que puedo", dijo Moraima.
La situación de la vivienda en Cuba es un tema que afecta a muchas personas. En el día de ayer, Mariela Payás denunció las condiciones de su casa, de paredes de tabla y piso de tierra, en la que no puede dormir cuando llueve.
"Hay que esperar a que escampe para poderse meter uno", aseguró.
Otra cubana, Leonor Pez Lastre, quien padece cáncer y vive en extrema pobreza, dijo que el gobierno cubano no se ha presentado a ofrecerle ningún tipo de ayuda.
"Nada me han resuelto. Aquí estoy esperando", sostuvo.
En 2016, Cuba registró un déficit superior a 880.000 viviendas en todo el país, y muchas con problemas "críticos" en grandes en La Habana y Santiago de Cuba.
No obstante, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel dijo que este año los comunistas cubanos deben empezar a "marcar hitos diferentes en la edificación de viviendas en Cuba". Esperemos que así sea.
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