Mariela Payás es una de las tantas personas en Cuba que sufre en su día a día el problema de la vivienda. En su casa de paredes de tabla y piso de tierra, no puede dormir cuando llueve.
"Hay que esperar a que escampe para poderse meter uno", asegura en una entrevista a la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).
Aunque varios funcionarios han ido al lugar donde vive, nadie la ha ayudado a mejorar su situación. Por tanto, Mariela responsabiliza de su condición al gobierno cubano.
"¿Hasta cuándo voy a estar aquí?", se pregunta esta mujer, madre además de Israel Riviau Payás, "seguroso" del gobierno de la Isla. La propia Mariela dice que a pesar de que su hijo trabaja para la Seguridad del Estado, tampoco tiene casa dónde vivir.
La señora aún espera una ayuda, ya que padece de presión, artrosis y vive en condiciones pésimas con su hija y nietos.
En Cuba muchas personas padecen una situación similar. Recientemente, unas diez familias cubanas decidieron ejercer presión sobre las autoridades de La Habana Vieja, ya que viven en un edificio que desde el año pasado fue declarado inhabitable y no tienen a donde ir.
Bastante tiempo también lleva abogando una familia cubana, residentes en la calle Damas 905, en el barrio de San Isidro, cuyo edificio sufrió un derrumbe parcial el 20 de mayo de 2018. Desde entonces, sus hijas de 15 y 9 años comenzaron a entrar a su apartamento a través de la ventana del baño.
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