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El pasado sábado, desde horas tempranas de la mañana, se conformó una extensa fila de cubanos frente al mercado del Mónaco, en el municipio capitalino de 10 de Octubre, a la espera de poder comprar huevos.
Imágenes compartidas en Facebook por el cubano Pedro Acosta evidencian la aglomeración de “cientos de personas”, quienes aguardaban pacientemente el “milagro de los sábados: la aparición del huevo”.
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Mujeres con niños, personas mayores, padres y demás ciudadanos de “a pie” se concentraron para adquirir uno de los suministros básicos en la dieta de la Isla. Las fotografías publicadas por Acosta muestran el estado de la cola, sobre las 10:43 a.m.
Las largas filas que tienen que enfrentar los cubanos para obtener huevos, no es algo nuevo en la realidad de la Isla. Es, sin embargo, una evidencia más de la aguda escasez de este alimento a lo largo del país. Un producto que por años ha estado supliendo la falta ancestral de proteína animal que padece el pueblo.
En muchas ocasiones la interminable espera y la impaciencia de los ciudadanos ha llegado a provocar marcados episodios de violencia.
Recientemente, en la localidad de “La Cuevita", en San Miguel del Padrón, La Habana, una vecina del área logró documentar un altercado que tuvo lugar por causa de la llegada del huevo a los comercios estatales. “Por poco me matan ahí”, se escucha decir en el video.
Según la testigo, dentro de la cola un hombre portaba un revólver. “De pronto se arma un tiroteo que casi acaba con todo el mundo ahí”, agrega.
El pasado jueves, el ministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil Fernández, confirmó que en la Isla persisten los inconvenientes con la producción de huevos. No obstante, afirmó haber un “sobrecumplimiento” en las cosechas de arroz y frijoles.
El funcionario consideró que la situación del huevo "tiende a la estabilización", pero solo da para garantizar la venta por la libreta. Por lo que continuarán las afectaciones en la venta liberada.
Los problemas con respecto a la “venta liberada” comenzaron en la capital luego del paso del huracán Irma y se recrudecieron en septiembre del 2018. Casi siete meses después, los residentes de la Isla tienen que enfrentar dimensionadas colas para adquirir la fuente de proteínas más asequible de Cuba.
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