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Mientras que la mitad de la población santaclareña añora tener un suministro estable de agua, la calidad del líquido alarma a quienes lo reciben de manera habitual.
Tal es el caso de los vecinos de las calles Padre Tudurí, Esquerra, Julio Jover y Berenguer, que denuncian la indolencia, el maltrato y la despreocupación del gobierno en la ciudad, ante sus incesantes reclamos: El agua que reciben decenas de familias residentes en estos barrios está contaminada con residuos albañales y, por lo tanto no, es apta para el consumo humano.
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“Cuando estalló el problema, y se conoció la contaminación tan grande que había aquí, lo primero que hicieron fue asignarnos agua por pipas. Pero como aquello no podía ser definitivo seguimos quejándonos, entonces los trabajadores de recursos hidráulicos se aparecieron a trabajar y de buenas a primeras dieron por resuelto el caso”, explica uno de los tantos vecinos que han perdido el sueño con la situación.
El fenómeno tomó tales proporciones que la emisora santaclareña CMHW se hizo eco del asunto, poniendo al corriente a las autoridades gubernamentales del territorio, quienes lo primero que hicieron fue regañar a su delegada por ofrecer declaraciones a la radio.
Algo similar ocurrió con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, y el sectorial de Salud Pública, cuyos directivos no dudaron en reprender a sus subordinados por las negligencias asociadas a aquel escándalo. No obstante, al final se movilizaron especialistas y se iniciaron los trabajos en la primera semana de marzo.
Como parte de aquellas labores se desobstruyeron y sellaron fosas, residuales, y se revisaron cada una de las redes hidráulicas. “Nosotros primero abríamos las llaves y aquello no era agua, era un líquido negruzco y tenía mucha fetidez. Entonces cuando terminaron los trabajos, ya notamos que el agua venía un poco mejor; pero cuando llevamos una muestra al laboratorio nos dijeron que todo estaba igualito. Nada, que seguimos tomando agua contaminada”, concluye otro afectado, residente en la calle Tudurí.
En efecto, aunque el líquido luce cristalino actualmente, las autoridades sanitarias han insistido en que no está apto para el consumo. “El día 20 de este mes vinieron dos especialistas del policlínico de Nazareno y tomaron muestras en mi casa, y yo les pregunté si servía al menos para bañarse. Ellas me dijeron que las muestras estaban acompañadas de residuos albañales, y se quedaron atónitas, sorprendidas, al ver que nos habían suspendido el servicio de pipas y esa era el agua del consumo”, explicó a la CMHW otro vecino afectado.
Por si fuera poco, algunos residentes en la zona señalan lo que pudiera ser más preocupante aún, la presencia de metales peligrosos: “Los de acueducto mintieron cuando fueron entrevistados anteriormente por la radio, dijeron que habían limpiado las tuberías, cuando el jefe de brigada sabe que eso es falso, hay válvulas selladas con plomo, y que nunca se han abierto”, argumentó otro de los vecinos.
Por otro lado, las dos plantas de agua purificada que fueron donadas por la República Popular China, y que se instalaron a finales de 2018, se mantienen cerradas desde hace varias semanas, bien por desperfectos técnicos, o bien porque hasta ellas no llega el abasto de agua debido a las numerosas averías de un acueducto casi centenario.
Aunque el nodo formado por las calles Esquerra, Tudurí, Julio Jover y Berenguer es el más complicado en este minuto, las autoridades de acueducto y alcantarillado han detectado al menos otros seis puntos a donde el agua llega contaminada.
Diferentes tramos de las calles Caridad, Colón, Cabo Brito, San Cristóbal y La Cruz, muestran un panorama no menos delicado, mientras que en la zona comprendida entre Prolongación de Colón y Calle Cuarta, se han acometido 26 acciones, sin que se haya logrado establecer la causa de la contaminación, a decir de Rafael Castañeda, jefe de operaciones en el acueducto de Santa Clara.
El propio directivo ha explicado también por medio de la CMHW que su empresa solo dispone de tres brigadas de trabajo para dar respuesta a los cientos de quejas que se generan a diario en los 18 consejos populares de la ciudad.
Fosas albañales, pozos, obstrucciones o ausencia de alcantarillado en algunos tramos, así como viviendas construidas sobre las márgenes de los ríos contaminados son solo algunos de los muchos elementos que contribuyen a la compleja situación sanitaria de algunos barrios de Santa Clara.
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