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PARADISE, EEUU, 10 nov (Reuters) - Cuadrillas combatían el sábado dos enormes incendios forestales que ardían en California, uno de ellos es el más destructivo del que se tenga registro en el estado y el otro amenazaba a la colonia costera de Malibú.
Al menos nueve personas murieron en y cerca de la ciudad de Paradise, en el norte de California, donde el fuego del incendio Camp barrió con 6.700 hogares y comercios, la conflagración forestal más destructiva de la historia de California, según el Departamento de Bosques y Protección contra Incendios del estado.
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En Paradise, donde vivían unas 26.000 personas, el incendio destruyó la mayoría de las viviendas y la mitad de los comercios, dijo a CNN la alcaldesa de la ciudad, Jody Jones.
Muchas de las víctimas del norte de California fueron descubiertos en o cerca de vehículos quemados, informaron autoridades. Otras 35 personas fueron reportadas desaparecidas y tres bomberos resultaron heridos.
Las llamas bajaron sobre Paradise tan rápido que muchas personas se vieron obligadas a abandonar sus vehículos y correr por sus vidas por el único camino a través de la ciudad en las montañas.
El incendio Camp había quemado más de 45.000 hectáreas forestales y las cuadrillas habían puesto cortafuegos a alrededor de un 20% del perímetro.
Cerca de 800 kilómetros al sur, en el condado de Los Ángeles, el incendio Woolsey duplicó en un día su tamaño y amenazaba a miles de viviendas, lo que activó órdenes de evacuación de un cuarto de millón de personas en la comunidad costera, pero también en otras zonas del condado y en Ventura.
El incendio ha destruido "muchas casas", que aún se siguen contando, y más de 28.000 hectáreas se han quemado, dijo el jefe de bomberos del condado de Los Angeles, Daryl Osby.
"Nuestros bomberos han estado enfrentando condiciones de fuego extremas y difíciles que dijeron que nunca habían visto", dijo Osby en una conferencia de prensa.
Los cadáveres de dos personas fueron descubiertos en Malibú, pero era demasiado pronto para determinar si murieron por un incendio u otra causa, dijeron funcionarios del Departamento del Comisario del Condado de Los Ángeles.
Los bomberos no han podido establecer ninguna línea de contención alrededor del incendio Woolsey, pero las autoridades dijeron que esperaban aprovechar una pausa en los vientos el sábado para avanzar.
El presidente Trump, en un tuit temprano el sábado, culpó a la "mala gestión de los bosques" de los dos incendios forestales sin control.
"No hay ninguna razón para estos incendios forestales masivos, mortales y costosos en California, excepto que el manejo forestal es muy deficiente", escribió en una publicación de Twitter desde Francia.
Funcionarios estatales han culpado al cambio climático y dijeron que muchas de las áreas quemadas eran administradas por el gobierno federal.
"Nuestra atención se centra en los californianos afectados por estos incendios y en los socorristas y bomberos que trabajan las 24 horas del día para salvar vidas y propiedades, no en los tuits inútiles y desinformados del presidente", dijo Evan Westrub, portavoz del gobernador de California Jerry Brown en un correo electrónico.
El incendio va hacia Malibú
El incendio Woolsey se desató el jueves y el viernes se movió sobre las montañas de Santa Mónica hacia Malibú, donde las llamas arrastradas por vientos cálidos, con ráfagas de hasta 80 kilómetros por hora, se extendieron por las laderas y quebradas hacia casas multimillonarias.
Miles de residentes usaron la autopista de la costa del Pacífico para huir hacia el sur o se refugiaron en las playas, junto con sus caballos y otras mascotas.
Entre los obligados a evacuar estaban personalidades del espectáculo como Lady Gaga y Kim Kardashian, quien dijo en Twitter que las llamas habían dañado la casa que comparte en Calabasas con el rapero Kanye West.
"El fuego ahora está fuera de control y se dirige a las áreas pobladas de Malibú", dijo la ciudad en un comunicado por internet. "Todos los residentes deben evacuar de inmediato".
(Reporte de Stephen Lam, Andrew Hay, Bernie Woodall y Gina Cherelus, Alex Dobuzinskis y Dan Whitcomb Editado en español por Javier López de Lérida)
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