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En declaraciones posteriores al encuentro celebrado en el Kremlin entre el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, y Vladímir Putin, el presidente ruso prometió aumentar todavía más las ayudas a Cuba para el proceso de modernización y reforma de la economía que lleva a cabo la Isla.
Durante su comparecencia, Putin dijo que "Rusia ofrece a Cuba ayuda para la construcción de la infraestructura de transporte", y añadió que uno de los temas abordados este viernes fue "la renovación de la red ferroviaria cubana".
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El mandatario ruso -quien además condenó el embargo estadounidense a Cuba- destacó que Rosfnet, la mayor petrolera rusa, ya ha comenzado las labores de prospección en la plataforma continental de la Isla, cuyas reservas son estimadas por la parte cubana en unos 20 mil millones de barriles.
Vladímir Putin enfatizó la importancia que tienen actualmente los suministros de hidrocarburos rusos para garantizar la "independencia energética" de la Isla, que ha visto reducida drásticamente en los últimos años el arribo de petróleo venezolano.
También destacó que Rusia contribuirá a la restauración de la cúpula del Capitolio de La Habana, sede de la Asamblea Nacional, y que será instalada en Cuba una estación del sistema global de posicionamiento y navegación ruso Glonass, análogo al GPS estadounidense y al Galileo europeo.
Aunque reconoció que los intercambios ruso-cubanos crecieron un 17 % en 2017, considera que siguen siendo "modestos", motivo por el cual ambos líderes han encomendado a sus respectivos Gobiernos que aprueben nuevos acuerdos comerciales y proyectos de inversión.
Miguel Díaz-Canel, por su parte, desea que la cooperación económica bilateral alcance el nivel de las relaciones políticas, que calificó de "excelentes".
El gobernante cubano expresó su confianza en que Rusia participará activamente en el programa de desarrollo de la economía cubana, y destacó cuatro sectores donde ambos países pueden cooperar: el energético, de transportes, metalúrgico y la biotecnología.
En el plano internacional, ambos mandatarios firmaron una declaración conjunta en la que condenaron las "sanciones unilaterales", la "injerencia" en los asuntos internos de los países y las "guerras informativas" para derrocar regímenes.
Instaron a Estados Unidos, además, a reconsiderar el abandono del tratado de eliminación de misiles nucleares de corto y medio alcance (INF).
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