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El político cubanoamericano Bob Menendez se define como el hijo de un refugiado que ha conseguido un escaño en el Senado norteamericano.
"Soy hijo de inmigrantes obligados a huir de Cuba y me convertí en senador de EE.UU. Madeleine Albright (nacida en la República Checa) fue forzada a huir del comunismo y se convirtió en secretaria de Estado de Estados Unidos (Con Bill Clinton). América le dio esperanzas a nuestras familias. Así que no nos damos por vencidos con los refugiados ni olvidamos las consecuencias humanas de rechazarlos", escribió en su cuenta de Twitter.
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Representante demócrata por Nueva Jersey en el Senado, Bob Menendez acaba de firmar en USA Today un artículo en colaboración con Madeleine Albright, en el que ambos piden al presidente Donald Trump que levante los límites impuestos para 2019 a la llegada de refugiados, porque, en opinión de ambos, Estados Unidos necesita más.
En el texto destacan que actualmente se está registrando un número mayor de refugiados que en cualquier otro momento de la historia y critican que en lugar de echar una mano, Trump ignore el compromiso de Estados Unidos y fomente el miedo al inmigrante y el fanatismo nacionalista.
Ninguno de los dos políticos está de acuerdo con el tope de 30.000 refugiados que la Administración Trump propone para 2019 porque consideran que es un mínimo histórico, que traerá consecuencias: "Socavará aún más la fortaleza de Estados Unidos y manchará nuestra reputación mundial".
En 1980, Estados Unidos recibió 200.000 refugiados y la media anual estaba, hasta la llegada de Trump, en 80.000. Así, por ejemplo, el republicano George W. Bush puso el techo de acogida de refugiados en 70.000 y lo mantuvo durante años.
El año pasado, Trump fijó el tope en 45.000, pero las trabas impuestas a los refugiados impidieron alcanzar esa cifra.
Hasta la llegada de Trump a la Casa Blanca, continúa el artículo, la acogida de refugiados era un orgullo para los demócratas y republicanos. Así, recuerdan que cuando muchos dieron la espalda a los judíos que huían de los nazis, Estados Unidos los acogió. Hicieron lo mismo con los niños perdidos de Sudán del Sur, los vietnamitas después de la caída de Saigón; los desplazados tras la limpieza étnica en Bután o a las víctimas de la guerra de Kosovo.
Menendez y Albright no entienden por qué se niegan visas a los traductores afganos que han ayudado a militares americanos. En opinión de ambos, los refugiados no pueden ser sólo números y aportan mucho a los Estados Unidos. "Se convierten en estadounidenses profundamente patrióticos y trabajadores que devuelven en impuestos más de lo que reciben en beneficios y fortalecen las ciudades con nueva energía y nuevos negocios".
A los dos políticos les escandaliza que el presidente Trump haya propuesto recortar en un 20% las ayudas a refugiados y que ceda el liderazgo en la acogida a países como Bangladesh, Jordania, Líbano, Kenia, Uganda, Turquía y Pakistán, que enfrentan presiones internas para rechazar a los desplazados.
Menendez es, además, uno de los políticos que ha dado su apoyo a un nuevo proyecto de ley integral para atajar la crisis de Venezuela, que ha sido presentado hoy en el Congreso de EE.UU.
La iniciativa parte de un grupo bipartidista de senadores, que pretenden aumentar la presión "política, económica y diplomática" contra el Gobierno de Nicolás Maduro, y proveer ayuda al pueblo venezolano.
Para ello contemplan la necesidad de garantizar 20 millones de euros para resolver la crisis interna en Venezuela; otros 20 millones para ayudar a los países del entorno que están acogiendo el éxodo masivo de venezolanos y 14,5 millones para apoyar a la sociedad civil de ese país.
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