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El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), una organización sin ánimo de lucro constituida en Madrid en el año en 2009, ha dado a conocer un comunicado de prensa en el que bajo el título Reforma constitucional: Nadie va a silenciarnos, insta a "la participación responsable y reivindicativa en el proceso de modificación Constitucional".
El OCDH llama a aprovechar el espíritu que alentó al Proyecto Varela en el año 2002, e invita a "retomar la conducción de nuestras vidas y de nuestra nación".
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Ante el conocido comportamiento del Gobierno cubano, tentado siempre a tener el control absoluto de sus medios de comunicación, el Observatorio invita a los cubanos a que los medios no manejen sus opiniones, y pide que las compartan "en medios alternativos y en redes sociales" o en mensajes de texto.
"Tienen todo el poder y los instrumentos represivos, pero no contarán con nuestra apatía ni con nuestro silencio", sentencia.
Hace poco más de un mes, la prensa de la Isla anunció que los cubanos residentes en el exterior podrían participar en el debate del proyecto de reforma de la Constitución a través de la web Nación y Emigración del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), que ha quedado habilitada a partir de esta primera semana de septiembre.
El Observatorio Cubano de los Derechos Humanos se ha dedicado, desde Europa, a documentar, denunciar y difundir "aquellas violaciones que atentan contra los derechos fundamentales de los ciudadanos cubanos, su integridad y libertades, dentro y fuera de Cuba".
A continuación transcribimos, íntegramente, el texto difundido este viernes por la OCDH.
Reforma constitucional: Nadie va a silenciarnos
Madrid, 7 de septiembre de 2018
Dirigimos esta declaración a la nación cubana, para llamar la atención sobre la importancia para nuestro futuro, de la participación responsable y reivindicativa en el proceso de modificación Constitucional. Estamos ante la disyuntiva de, por una parte, permanecer inmóviles y apáticos, mientras otros diseñan nuestro futuro, o, por otra parte, convertirnos en los protagonistas de nuestro destino.
En el año 2002, el gobierno, enfrentado por la iniciativa ciudadana conocida como el Proyecto Varela, que llevó ante la Asamblea Nacional del Poder Popular cubana más de 30 mil firmas exigiendo reformas que aún hoy están por hacer, tomó la decisión de modificar la Constitución, en un intento de hacer imperecedero su régimen.
Por aquellos días, la esperanza tenía un asidero. Se sentía ese espíritu entre quienes gestionaron la iniciativa y en las personas que, en medio de un ambiente hostil, decidieron firmar y arriesgar por el cambio.
Existe ahora una oportunidad para recuperar ese momento y espíritu, y para dejar constancia de nuestra decisión soberana. Es el momento de retomar la conducción de nuestras vidas y de nuestra nación.
Tenemos los cubanos una dilatada experiencia sobre el comportamiento del gobierno y sus medios de comunicación. Por eso, no dejaremos en sus manos el manejo de nuestras opiniones. Esta vez las publicaremos en medios alternativos y en redes sociales, las escribiremos en mensajes de texto, las compartiremos con todo cubano y persona de buena voluntad a nuestro alcance, y entonces les será muy difícil silenciarnos. Tienen todo el poder y los instrumentos represivos, pero no contarán con nuestra apatía ni con nuestro silencio. Si el gobierno sigue por ese camino, lo hará en contra de nuestra opinión y voluntad manifiesta, porque nuestra decisión es ser libres.
Estaremos muy atentos a este proceso, que debería arrojar un texto respetuoso de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, y de las libertades individuales.
Si el gobierno no tiene en cuenta las reivindicaciones y los legítimos intereses de los cubanos, entonces, la única alternativa frente al proyecto de Constitución será el NO, que significa un SÍ al futuro.
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