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Desde hace dos semanas en los mataderos de Villa Clara no se sacrifica ni un solo animal y la causa es realmente inaudita: no existe un destino final para los subproductos y desperdicios de la matanza.
Así lo justificaron, en diálogo con la emisora provincial CMHW, directivos de la empresa cárnica que respondieron a las quejas y preocupaciones que desde hace varios días manifiesta la población.
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Explicaron que con la sola excepción del de Sagua la Grande, los demás mataderos de Villa Clara se encuentran paralizados y ello se debe particularmente a que la industria de la pesca, y otras empresas receptoras no están demandando la osamenta y demás residuos productivos.
Las inundaciones provocadas por la tormenta Alberto, afectaron considerablemente las unidades piscicultoras del centro del país, y estas han dejado de recibir los residuos productivos que se emplean para la fabricación de pienso animal.
Desde hace días la producción de hamburguesas se ha visto afectada, al igual que otras producciones de cárnicos, en cambio, según la información que se ofreció por parte de los directivos, «se garantizará cuanto antes la entrega de carne a aquellos clientes con dietas especiales, y la elaboración del picadillo de la canasta básica».
No pocas veces las producciones cárnicas en Villa Clara han tocado fondo a partir de roturas, desabastecimientos o escasez de agua en los mataderos. Esas irregularidades han afectado de manera más aguda a aquellos segmentos poblacionales que tienen como principal fuente de fibra las hamburguesas de la venta liberada, y los embutidos o picadillos normados en la canasta básica.
En Cuba, donde el sacrificio y distribución de la carne de res está severamente penado por la ley, solo el gobierno tiene competencias para ello. A la gran mayoría de los ciudadanos cubanos no se les contempla en su alimentación básica el consumo de carne roja, a excepción de los menores de edad y aquellos con dietas especiales a partir de diversas patologías.
Solo en las tiendas recaudadoras de divisas se oferta ocasionalmente carne de res, y esto, a precios realmente prohibitivos para el grueso de la población, pues una libra de carne supera el salario medio diario de los cubanos.
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