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Cuba posee una amplia lista de entrenadores exitosos. Pero existen algunos que han marcado la diferencia en sus respectivos deportes. Uno de ellos dijo adiós hace muy poco a su etapa en activo: Ronaldo Veitía, o “El Gordo”, como cariñosamente le llama su pueblo, un hombre que hizo historia en los tatamis internacionales.
Este nativo del Cotorro, municipio periférico de La Habana, consiguió con el equipo femenino nacional nada menos que 24 preseas olímpicas: cinco de oro, nueve de plata y 10 de bronce. El saldo lo deja como el instructor de judo más laureado del mundo en citas bajo los cinco aros, y, a nivel nacional, solo es superado por el gran Alcides Sagarra, otra estrella, pero del boxeo.
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Su trayectoria se resume en una palabra: éxito. Bajo su tutela estuvieron grandes como Odalys Revé, Estela Rodríguez, Driulis González, Legna Verdecia, Sibelis Veranes, Amarilis Savón, Daima Beltrán, Yurisleidy Lupetey, Yanet Bermoy e Idalys Ortiz, entre muchas más.
Tanta es su grandeza como preparador, que Estela, Driulis, Legna y Sibelis forman parte del Salón de la Fama de América, lo cual refuerza la opinión de que Veitía es el mejor entrenador de todos los tiempos del judo continental.
Veitía es el mejor entrenador de todos los tiempos del judo continental
Además, sumó más de 50 medallas en eventos mundiales y más de un centenar en Grand Prix. Logró la corona por países en los Juegos de Sídney 2000, gracias a dos cetros y par de segundos lugares, así como la cima por equipos en el evento universal de Japón 1995.
El Octavo Dan y Master en Ciencias del Deporte estuvo 30 años al frente de la selección principal y su trabajo mereció la Orden al Mérito Deportivo, máxima distinción que otorga el Consejo de Estado de Cuba a personalidades o colectivos que hayan mantenido una trayectoria impecable. Asimismo, recibió el 2 de mayo de 2005 la condición de Héroe del Trabajo.
Hoy vive en su pueblo natal y su nombre es repetido cuando se habla de los resultados de la escuadra femenina de judo. Fue un tipo rudo a la hora de regañar, de pedir más acciones ofensiva, pero nadie olvida cuando se emocionaba y batía la bandera tricolor cuando sus chicas lograban un ippón.
Ronaldo Veitía Valdivié, “El Gordo”, es sinónimo de grandeza, un eterno orgullo de nuestro movimiento deportivo.
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