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Con el paso del tiempo han comenzado a perfilarse mejor los planes de las diferentes organizaciones o movimientos opositores dentro de Cuba, iniciativas que manejan diversas vías de enfrentamiento y resistencia al Gobierno cubano.
Curiosamente, en los últimos días se han reafirmado posturas ―y hasta pequeños debates por vías no formales― entre quienes creen que hay que tomar las calles con urgencia (idea que sostiene, por ejemplo, Antonio G. Rodiles), y quienes creen que es también válida (e incluso no excluyente) el camino de un plebiscito como el que defiende Rosa María Payá, a través de su proyecto “Cuba Decide”.
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Otra vertiente ―también criticada ampliamente por Rodiles― es la de los opositores que pretenden “minar” el Sistema desde dentro. Ello implica seguir el juego de esa “democracia a la cubana” que el Gobierno de la Isla ve como modelo.
Una vez dentro, el propósito es intentar transitar un camino que ayude de verdad a los cubanos a resolver sus problemas, a la vez que suponga un tránsito hacia la verdadera democracia; pero claro, la primera pregunta que salta es: ¿Será posible que un opositor arribe al sistema electoral cubano en igualdad de condiciones? Y si sale elegido, ¿qué podrá hacer realmente?
En todo caso, ese es el plan de algunos opositores ahora mismo en la Isla, entre ellos de Eliécer Ávila, fundador y líder del Movimiento Somos +, quien aspira a postularse como delegado de circunscripción en el municipio habanero del Cerro, que es donde reside desde hace cinco años.
Según declaraciones a Diario de Cuba, Eliécer ha destacado que una de las dificultades que enfrenta ―y es de imaginar que no son pocas― es que los electores votan a partir de las biografías publicadas, y estas a su vez son "supervisadas" por el Gobierno cubano.
En Cuba está prohibido hacer campaña electoral, y en lo relativo a las biografías, Ávila considera que no es importante saber dónde estudió cada cual, sino conocer los planes y programas de gobierno comunitario que tenga cada postulante. En este sentido, afirma:
“Supongo que el Gobierno hará una biografía como las que hizo de los opositores que se presentaron en las pasadas elecciones, llena de tergiversaciones, mentiras y ofensas. Tendremos que buscar un mecanismo para publicar una más ajustada al objetivo. Pero no creo que la biografía decida. Las personas tienen dos dedos de frente, saben que eso [la tergiversación] va a pasar.”
Eliécer Ávila explica que se lleva bien con sus vecinos, lo que supone “un reto para la Seguridad del Estado” porque “están acostumbrados a aislar al opositor de su comunidad".
El joven afirma que muchos de sus vecinos conocen sus ideas y que le comentan que han visto vídeos, artículos o entrevistas de Somos +. Asegura que ellos muchas veces le dicen: "tengo todos tus vídeos y coincido con lo que dices; vi el que trata tal tema. ¿Por qué no hablas de esta otra realidad?".
A la pregunta sobre si está dispuesto a ir a los centros de trabajo a exponer sus ideas, responde:
“Me encantaría ir, no solo a hablar sino a hacer algo que en política es más válido: escuchar las preocupaciones de la gente, sus sueños para Cuba, qué quisieran qué cambiaran. Si salgo electo, habrá alguien que hable por los electores. Lo que he visto en mis 31 años es que los delegados justifican con el bloqueo lo que está mal, "no hay posibilidades, no hay dinero…".
Eliécer no pierde la oportunidad para hablar de los problemas de su barrio y entre ellos cita la falta de áreas verdes, el aumento de delitos violentos, el fracaso juvenil o las trabas a los cuentapropistas y emprendedores de la zona. A pesar de sus expectativas, reconoce que:
“Un delegado tiene poco margen de acción para cosas como asfaltar carreteras, con recursos que solo tiene el Estado. Pero pueden tomarse iniciativas en el plano humano. Un delegado de los nuestros también tendría mucha cooperación internacional, para realizar proyectos comunitarios. Muchas organizaciones internacionales con proyectos en Cuba no trabajan con la sociedad civil o la oposición porque carece de personalidad jurídica. Ser electos nos colocaría dentro del sistema institucional, con acceso a cooperación internacional para mejorar la vida de la comunidad”.
Y añade:
“Como gobierno de la comunidad, no permitiríamos más abusos contra quienes venden verduras, quienes tienen una tiendita de ropas. Defenderíamos a nuestros emprendedores contra la red de corrupción de policías e inspectores. Mira la Cuevita, que tan hostigada ha sido. Gracias al valor de la gente, se ha mantenido como foco de negocios. Quien fue hace cinco años y va ahora ve las casas en construcción. Eso es libertad conquistada. Un barrio puede hacer muy buenas cosas con un buen líder o lideresa, y el valor de apoyarlo”.
Parece utópico pensar que un opositor en Cuba pueda convertirse en delegado de circunscripción, y a muchos hasta puede que les parezca ridículo o fuera de lugar intentarlo.
También puede que, en caso de ocurrir el "milagro", luego no consiga poner en práctica sus sueños o aspiraciones en la medida que desea. Sin embargo, Eliécer Ávila afirma ser consciente de ello, y piensa que con probar no pierde nada. El tiempo dirá hasta dónde lo dejan llegar.
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