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Washington, 18 ago (EFE).- El caso del asalto a mano armada a Ryan Lochte en Río ha entrado en una espiral de contradicciones y dudas después que el nadador alterara algunos detalles de su versión de los hechos en una entrevista con NBC desde Estados Unidos.
Esta situación llega horas después que la justicia brasileña ordenara confiscar el pasaporte de Lochte y le prohibiera salir del país, a pesar de que está en suelo estadounidense desde hace varios días, por su denuncia de atraco, ya que se le acusa de mentir.
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En el momento de los hechos habían tres nadadores estadounidenses más, a los cuales se les mantiene retenidos en Brasil mientras se investiga el supuesto asalto. En su caso están esperando la llegada de un representante del consulado de Estados Unidos en el aeropuerto.
Gunnar Bentz y Jack Conger se encontraban con sus compañeros de selección Ryan Lochte y James Feigen en la madrugada del domingo cuando, según la versión de los nadadores, fueron asaltados a punta de pistola por hombres que vestían uniformes de policía.
El problema radica en que Lochte en la citada entrevista ha rectificado y ha aseguro que el ataque no se habría producido mientras circulaban la madrugada del domingo con un taxi de regreso a la Villa Olímpica de Río, como habían contado inicialmente, sino en una gasolinera.
"Fueron a los baños de la gasolinera. Volvieron al taxi y le pidieron al conductor que continuara, pero él no se movió", explicó el periodista de NBC Matt Lauer, quien mantuvo la conversación con Lochte.
"Fue entonces cuando dos hombres los abordaron con pistolas y distintivos" de la Policía, añadió.
En un principio, los cuatro nadadores explicaron que hombres armados que se hicieron pasar por policías habían obligado al taxi en el que regresaban de una fiesta a las cuatro de la mañana a detenerse.
La otra inconsistencia revelada por NBC respecto a la historia original contada por los deportistas sería que a Lochte no lo habrían encañonado con una pistola en la cabeza, sino que simplemente lo apuntaron.
Estos cambios en el relato de Lochte llegan en un momento complicado para sus compañeros Bentz y Conger, a los que este martes las autoridades brasileñas impidieron embarcar en el aeropuerto de Río de Janeiro cuando se disponían a regresar a Estados Unidos y les retiraron los pasaportes.
Las lagunas ya conocidas en la versión de los deportistas junto al vídeo que recoge su llegada a las instalaciones de la Villa Olímpica horas después del supuesto asalto, tranquilos y con sus efectos personales, llevaron a la Policía a abrir una investigación sobre la veracidad de sus declaraciones.
La jueza brasileña Keyla Blank ordenó entonces la retirada de los pasaportes de los cuatro nadadores, pero Lochte ya había salido del país.
El Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC, en inglés) confirmó en un comunicado que Bentz y Conger fueron detenidos antes de subirse al vuelo y posteriormente puestos en libertad.
"Fueron liberados por las autoridades locales bajo el acuerdo de que seguirán conversando sobre el incidente este jueves", explicó el portavoz del USOC, Patrick Sandusky.
Por su parte, el abogado que representa a Bentz y Conger, Sergio Viegas, explicó que los nadadores no podrán salir de Brasil al menos hasta que vuelvan a testificar.
Feigen, por su parte, habló con USA Today y dijo: "Tan solo estoy intentado darle a Brasil lo que necesitan o lo que quieren e irme de aquí".
El Gobierno estadounidense, por su parte, alentó a los cuatro deportistas a "cooperar" con las autoridades brasileñas.
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