En la jornada del 120 aniversario de la República de Cuba rememoramos algunos datos de este hecho histórico trascendental para los cubanos.
El 20 de mayo de 1902 tomó el poder en La Habana el primer presidente electo de la República de Cuba, Don Tomás Estrada Palma. La ceremonia tuvo lugar en el Palacio de los Capitanes Generales. En esta fecha los cubanos comenzaron a celebrar el Día de la Independencia.
Lo más leído hoy:
El militar estadounidense Leonard Wood hizo el traspaso de poderes al presidente en un acto oficial. Por primera vez ondeó en las instituciones públicas cubanas, como el Palacio de Gobierno o el Morro de La Habana, la bandera de la estrella solitaria.
El ejército estadounidense comenzó a retirar sus tropas de la isla. Estrada Palma aprobó como primera medida de su gobierno el pago a los miembros del Ejército Libertador y de los bonos de la deuda contraída por la República en Armas. Obtuvo para llevar estas medidas adelante un empréstito de la casa norteamericana Speyer y en 1943 fue saldado.
La fundación de la República de Cuba fue un suceso acogido con entusiasmo por los cubanos de la época. Cada año se celebraba el 20 de mayo con júbilo a lo largo y ancho de toda la isla y en particular en capital.
Sin embargo, en 1959 la historia dio un nuevo giro para los cubanos. El fervor por las celebraciones de la tradicional fecha pasó a ser opacado por los designios del régimen socialista y la historia de la república a ser silenciada, omitida y tergiversada.
En el gobierno de Fidel Castro se comenzó a idolatrar su figura y a ponerla en contraposición con la de todos los presidentes que había tenido la isla, a los que tildaron de corruptos, serviles y "títeres al servicio de Estados Unidos".
Poco a poco el discurso revolucionario ponderó las historias de la lucha clandestina contra la dictadura de Fulgencio Batista por encima de las conquistas mambisas y de los logros económicos y sociales de la etapa de la república. Llegaron a llamar este período histórico como "la Neocolonia".
Tomás Estrada Palma, independentista connotado, fue considerado por los historiadores del régimen como un traidor a los intereses de la Patria por su papel ante la Enmienda Platt. Su estatua en la avenida de los presidentes (o Calle G) del Vedado fue destruida y solo quedan de su figura, los zapatos.
Los "zapaticos" de Estrada Palma son un recuerdo curioso para los cubanos. Muchos aseguran que son el fantasma de la república, que sigue muy bien plantado en La Habana, en el corazón de la isla, esperando que se celebre otra vez el Día de la Independencia.
Archivado en: