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Desde hace algunos meses, la captura de ladrones y delincuentes por parte de la población en Santiago de Cuba se ha vuelto un hecho recurrente. Sin embargo, una denuncia pública detalla que después de detenidos los atracadores son liberados al poco tiempo, por la policía, cuerpo represor que ha estado en el ojo público debido a la pasividad en su actuación cotidiana.
El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, a través de su perfil en Facebook, relató cómo dos delincuentes, capturados hace unas semanas por el pueblo santiaguero, fueron puestos en libertad por la policía.
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“Ambos delincuentes, reincidentes y sancionados con anterioridad por robos en la ciudad, ahora están en libertad, tras el buen trabajo de la Policía Nacional Revolucionara (PNR) en Santiago de Cuba”, escribió Mayeta Labrada.
El comunicador se refería a un cubano que fue detenido y amarrado en la calle Heredia, en pleno corazón de la ciudad de Santiago de Cuba, mientras intentaba robar en un carro.
También, aludió a un joven que se metió en el portal de una casa en el Reparto Santa Bárbara e intentó robarse una bicicleta.
Pero no son los únicos hechos a los que los santiagueros se han debido de enfrentar.
A inicios de marzo, vecinos del Reparto Pastorita detuvieron a un presunto asaltante que, en compañía de otro individuo, intentó robar a una mujer que se encontraba extrayendo efectivo de un cajero automático.
El hecho ocurrió en el cajero automático en las cercanías del Hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas.
Hace unos días, un presunto ladrón que intentó robar a una madre y a su pequeño hijo cuando salían del Hospital Pediátrico “La Colonia”, fue detenido por vecinos, que apenas dejaron actuar a la policía y buscaban hacer justicia por su cuenta al malhechor.
Identificado como Alfredo Arzola, el atracador fue perseguido por personas que presenciaron el hecho e intentó esconderse en un pasillo de unas casas, en calle 2da de Trocha, en el Consejo Vista Hermosa.
La denuncia sucede unas semanas después de que el régimen cubano intentara limpiar la imagen de la policía a través del programa televisivo oficialista Hacemos Cuba, del Canal Caribe.
En la transmisión, el vocero del gobierno Humberto López, junto a Beatriz de la Peña, Jefa del Departamento de Investigación de Procesos Penales de la Fiscalía General de la República; y al coronel Idael Fumero, Jefe de Información y Análisis de la Dirección Técnica de Investigaciones (DTI), mostraron un grupo de datos, gráficos e imágenes, cuyo objetivo era demostrar que no hay un aumento de la violencia en Cuba, algo que no coincide con la percepción ciudadana en los meses recientes.
El coronel Fumero aseguró que solo el 9% de los delitos que se comenten en Cuba son de violencia. Los robos con fuerza no estarían tipificados en esta categoría, a pesar del miedo que generan y el trauma que pueden causar a las víctimas.
Los hurtos y robos con fuerza son el 81% del total de delitos reportados en Cuba, según esta fuente.
Sin embargo, las reacciones de varios cubanos al programa no se hicieron esperar.
“Hace poco salí al policlínico para que me inyectaran porque no aguantaba el dolor de oído e iba con el corazón en la mano. Que no hay violencia mira tú”, narró una internauta.
No faltaron los ejemplos para contradecir las palabras expuestas por los funcionarios. "Fíjense si no hay violencia que en Luyanó las madres estamos acompañando los muchachos a la escuela porque están asaltando con machete en una zona cerca de 2 secundaria", confesó una madre.
Esta realidad que tiene al cubano en constante zozobra no es particular del territorio santiaguero. Sobran los ejemplos en otras provincias, cuya actuación policial también es cuestionada por su parsimonia contra los delitos y rapidez cuando se trata de acosar a disidentes o activistas políticos.
En un mensaje a los policías y militares cubanos, el sacerdote Alberto Reyes, conocido por su posición frontal contra el régimen, pidió que no reprimieran nunca al pueblo, aunque la orden les fuera dada.
Reyes, párroco de la diócesis de Camagüey, afirma que incluso en las dictaduras un militar puede hacer mucho bien al combatir la delincuencia, proteger a los vulnerables, hacer cumplir las leyes justas e impedir abusos y atropellos.
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