Las protestas del domingo 17 de marzo en Santiago de Cuba (17M) provocaron la aparición de raciones extra de arroz en las bodegas de las localidades cuyos vecinos tomaron las calles para exigir alimentos y suministro eléctrico.
Así lo confirmó este lunes el pastor apostólico Jorge Luis Pérez en declaraciones a Martí Noticias desde El Cristo, en Santiago de Cuba. "Aquí llegó una rastra patrullada por policías, cerca de las 12 de la medianoche, llena de arroz, para repartir el arroz en todas las bodegas; tres libras de arroz”, precisó.
Luego de fracasar en su intento de aplacar las manifestaciones desde una azotea del reparto santiaguero Veguita de Galo, epicentro de las protestas, la primera secretaria del Partido Comunista de Cuba (PCC), Beatriz Johnson Urrutia, prometió en la televisión local entregar a la población de su territorio tres libras de arroz y cuatro de azúcar.
A pesar de la insistencia del régimen cubano en culpar al “bloqueo” estadounidense de la escasez de alimentos en la Isla, en cuestión de horas las autoridades gestionaron el suministro de arroz, pollo, leche y huevos entre los santiagueros. “Comida para hoy y hambre para mañana”, opinó una vecina, denunciando que se trataba de una medida cosmética.
Al mismo tiempo que hacía llegar los alimentos a Santiago de Cuba, el régimen cortaba o ralentizaba el acceso a internet en un intento desesperado de impedir la difusión de imágenes de nuevas protestas, como las ocurridas el 18 de marzo en el Distrito José Martí, donde cientos de vecinos aprovecharon un apagón para salir a las calles a ritmo de conga y coreando “Yo me erizo” y “sin comida ni corriente / pin… pal presidente”.
“Estamos, ya usted sabe, incomunicados, sin corriente, sin internet. Estamos sin agua, un desierto”, aseguró el pastor preguntado por el citado medio.
Por su parte, durante una comparecencia en el canal oficialista TurquinoTeVe, Johnson Urrutia aseguró que “como siempre, el pueblo lo entendió”, refiriéndose a las justificaciones que dio desde la famosa azotea de Veguita de Galo.
“No podemos negar que fue una situación de mucha tensión”, reconoció Johnson Urrutia, aunque a renglón seguido trató de suavizar la magnitud de la protesta: “Pero como siempre el pueblo lo entendió, porque además nos vio a las máximas autoridades de esta provincia como siempre dando la cara ante los problemas”.
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