El Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley contra el uso de marcas confiscadas por el gobierno cubano, que prohíbe la validación y el uso de marcas que hayan sido confiscadas en la isla desde 1959.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el proyecto de ley "No Marcas Robadas Reconocidas en Estados Unidos", una legislación que busca proteger los intereses y derechos de los empresarios cuyos bienes fueron confiscados por el régimen castrista.
Presentado por los representantes Darrell Issa (CA-48) y Debbie Wasserman Schultz (FL-23), este proyecto de ley prohíbe a los tribunales estadounidenses reconocer, hacer cumplir o validar marcas comerciales que fueron confiscadas por el gobierno cubano.
La normativa establece que, a menos que se demuestre un claro consentimiento otorgado por el propietario original de la marca comercial, no se permitirá la validación ni el uso de marcas confiscadas.
El representante cubanoamericano Mario Díaz-Balart destacó el fuerte apoyo bipartidista de la iniciativa para proteger los derechos de propiedad intelectual de aquellos cuyos bienes fueron confiscados por el régimen de Castro.
El proyecto de ley recibió respaldo de 17 congresistas, incluyendo a los cubanoamericanos María Elvira Salazar, Díaz-Balart y Carlos Giménez, quien recordó que "el régimen criminal de Castro tiene una larga historia de confiscación de bienes y de sacar provecho de la propiedad intelectual robada a sus ciudadanos".
El congresista Issa subrayó que el régimen cubano había vendido productos, como el ron Havana Club, que en realidad ya habían sido robados.
Bacardí, que adquirió el Ron Havana Club en los años 90, ha estado luchando en tribunales estadounidenses contra el régimen cubano y su distribuidor internacional, la empresa francesa Pernod Ricard, por la legitimidad de la marca.
"Todos estamos de acuerdo en que el gobierno de Estados Unidos no debería premiar a quienes roban y explotan marcas registradas o cualquier otra propiedad intelectual de sus legítimos propietarios para luego beneficiarse de las leyes estadounidenses", señaló Issa.
El proyecto de ley prohíbe a los tribunales estadounidenses y a las agencias del poder ejecutivo hacer cumplir o validar marcas confiscadas si pertenecen a un negocio o activo confiscado.
Esta prohibición se aplica no solo a los tribunales estadounidenses, sino también a los casos en los que un nacional cubano hace valer la marca confiscada en Estados Unidos.
El representante Díaz-Balart expresó su satisfacción con el avance de la legislación, destacando que están un paso más cerca de proteger los derechos de propiedad y evitar que la dictadura cubana se beneficie de la propiedad robada.
La Ley No Stolen Trademarks Honred in America prohibiría el uso de una marca comercial cuando la persona que hace valer los derechos de dicha marca sabía o tenía razones para saber en el momento en que la adquirió, que era igual o similar a la marca o el nombre de un negocio estadounidense confiscado por el gobierno cubano.
En mayo de 2021, Bob Menéndez y Marco Rubio presentaron este proyecto legislativo bicameral.
También lo hizo la congresista Debbie Wasserman-Schultz durante el transcurso de la jornada del 20 de mayo, cuando se cumplieron 119 años del nacimiento de la República de Cuba.
La iniciativa tendrá importantes implicaciones sobre marcas cubanas que han sostenido litigios y han recibido incluso fallos favorables en tribunales federales de Estados Unidos, como es el caso de Havana Club bajo representación de la firma francesa Pernod Ricard, y otras compañías que interpusieron demandas amparadas bajo la Ley-Helms-Burton, como las estatales cubanas CUPET y CIMEX, en uso de beneficios de la expropiada Esso (ExxonMobil).
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