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La prestigiosa revista Rolling Stone seleccionó a la cubana Celia Cruz entre las 20 mejores cantantes de la historia.
Ese medio publicó el pasado 1 de enero el listado de los 200 mejores cantantes de todos los tiempos, donde la cubana ocupa el puesto 18 en una selección que incluye intérpretes de múltiples géneros musicales, entre ellos cumbia, R&B, reggaetón, pop, soul, salsa y rock, entre otros.
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"Se puede escuchar gran parte de la historia de Celia Cruz en su voz: su tono rico e inimitable captaba la calidez y la vitalidad de La Habana, evocando a menudo la llamada de los vendedores callejeros y la fuerza de las canciones de santero afrocubanas de su infancia", destaca la publicación.
"Aunque saltó a la fama en Cuba, se convirtió en una estrella en la ciudad de Nueva York, donde exhibió su inagotable carisma y su poderosa fuerza vocal junto a los más grandes salseros de la historia. No importaba con quién actuara, Cruz siempre brillaba con luz propia, su magia estaba ligada a su capacidad para hacer sentir a la gente: Podía captar la nostalgia y la añoranza, o podía gritar "¡Azúcar!" y encarnar la exuberancia por la vida que sigue haciendo de ella una de las cantantes más trascendentes de todos los tiempos", publicó la revista.
Además, comunicó en su página web que la lista fue elaborada por su equipo y se hizo con el fin de celebrar el vínculo "profundo y empático" entre el artista y el oyente.
El ranking sintetiza 100 años de historia de la música moderna; pero no se trata de las mejores voces, sino de los mejores cantantes quienes con originalidad e influencia han logrado dejar un legado musical, aclara.
"Lo que más nos importaba era la originalidad, la influencia, la profundidad del catálogo de un artista y la amplitud de su legado musical (…) Los cantantes detrás de esto están aquí por una razón: pueden rehacer el mundo con solo abrir la boca", afirmó Rolling Stone.
Celia Cruz ocupa la mejor posición entre los artistas iberoamericanos. Fueron añadidos al listado Rosalía en el puesto 200; Juan Gabriel en el 172; Marc Anthony en el 167; Mercedes Sosa en el 160; Rocío Dúrcal en el 139; La India en el 113; Caetano Veloso en el 108; Vicente Fernández en el 95; Gal Costa en el 90; Selena Quintanilla en la 89 y Héctor Lavoe en el 73.
Aretha Franklin, Whitney Houston y Sam Cooke ocupan las posiciones del 1 al 3 en ese orden.
La revista señala que Franklin, cantante, compositora y pianista estadounidense fallecida en 2018, "sigue siendo la reina indiscutible, años después de su última reverencia".
"Su arte es el mayor logro de la música estadounidense, si no de la historia estadounidense. Pero su voz es la encrucijada donde se encuentran todas las diferentes tradiciones musicales, desde el gospel hasta el funk, soul, rock y blues", agregó la publicación.
Recientemente un libro publicado por la historiadora musical Rosa Marquetti rescató facetas poco conocidas de la vida de Celia Cruz e intenta dar una mejor comprender mejor su legado musical. Celia Cruz en Cuba (1925-1962), de la historiadora musical Rosa Marquetti, se ocupa de los años cubanos de la Reina de la Salsa.
Ese texto recuerda que en Cuba Celia fue "actriz principal de una radionovela; interactuó con Harlem mucho antes de llegar a Nueva York; llegó a Hollywood antes de pisar suelo norteamericano; canta en uno de los primeros filmes experimentales realizados en Cuba bajo la influencia del neorrealismo italiano; [fue] la intérprete de canciones que reivindican la belleza de la negritud o un feminismo incipiente, pero rotundo", dijo la autora.
Tras 19 años de su muerte los cubanos todavía se emocionan con la historia de la mejor cantante que ha dado la isla y que ha sido prohibida en todos sus medios de comunicación.
"Dejé a mi mamá, dejé a mi familia, dejé mi tierra, dejé mi vida, a mi familia, a mis amigos... Mi vida, tal como la conocía, había desaparecido para siempre", contó la artista sobre su salida del país, al que nunca regresó.
A partir de ahí, su vida adquirió ese trágico tinte de "ejemplar", de arquetipo del exilio cubano, la historia de un desarraigo doloroso. Su padre, Simón Cruz, falleció unos días después de su partida; su madre el 7 de abril de 1962. Esta última noticia la recibió cuando se preparaba para una actuación en Nueva York.
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