Más de mil hectáreas que eran utilizadas en el cultivo de arroz y llevaban varios años sin utilizarse fueron entregadas en usufructo en el municipio Los Palacios, en Pinar del Río.
Hasta el momento fueron entregadas 972 hectáreas pertenecientes a la unidad empresarial de base Sierra Maestra, y alrededor de otras 500 hectáreas en otros sitios del municipio, cifras que, según las autoridades, pueden seguir creciendo, informó el diario oficialista Granma.
En el macizo arrocero de Pinar del Río, uno de los cuatro mayores del país, dejaron de plantarse durante 2021 más de 14,000 hectáreas debido sobre todo a falta de herbicidas, insecticidas, fungicidas, fertilizantes y combustible, por lo que esta entrega supone apenas una ínfima parte del total de tierras ociosas en la región.
De esta manera, aunque el gobierno de esa provincia busca alternativas para poder explotar áreas que, debido a la escasez de recursos, se habían dejado de utilizar, según explicó al Ariel García Pérez, director de la Empresa Agroindustrial de Granos Los Palacios, las medidas tomadas parecen insuficientes.
Las siembras arroceras se han reducido considerablemente en Pinar del Río debido al “encarecimiento de algunos insumos y de las dificultades económicas”, por lo que ahora quien lo desee podrá usarlas para los cultivos varios, la ganadería e incluso para el arroz en pequeñas extensiones, refiere el funcionario.
“Estamos abiertos a que todo el que desee sembrar pueda hacerlo. Lo que queremos es que las tierras sean explotadas”, afirma García Pérez, cuyo equipo de trabajo ha realizado encuentros con las comunidades y con las cooperativas para dar a conocer la alternativa.
Las tierras otorgadas bridarán ciertas ventajas a los usufructuarios, ya que no necesitarán desmonte y cuentan con un sistema de canales que da garantía de agua.
Además, las autoridades trabajan en unos 18 kilómetros de viales, desde el batey Sierra Maestra hasta la zona conocida como El Pinar, y también pretenden realizar acciones de mantenimiento en la red de canales.
Entre los inconvenientes para obtener nuevas cosechas, la falta de compradores, la disminución progresiva de los trabajadores dispuestos laborar en el campo y los retrasos en los salarios de los campesinos, la agricultura en Cuba padece una crisis profunda y los exiguos productos que generan se encarecen por día. De esta manera, el gobierno busca alternativas con tal de relanzar un sector en franca decadencia.
En agosto trascendió que los campesinos cubanos no ven mejoría en sus producciones, ni en sus ingresos, ni en su calidad de vida, tras pasar más de un año de la aprobación de las reformas económicas para impulsar la agricultura.
En abril de 2021 el gobierno cubano aprobó 63 medidas económicas para el desarrollo del sector agropecuario, pero los campesinos aseguran que no han tenido efecto porque la inflación en el país hace que las ganancias económicas no se noten y sean insuficientes para invertir y lograr mayor productividad.
Entre esas medidas estuvo la autorización a los ganaderos de la venta liberada de leche y sus derivados; flexibilidad sobre qué sembrar y a quién vender, la posibilidad de venta directa al ministerio de Turismo, y descuentos en las facturas de luz y agua.
Sin embargo, las iniciativas no son suficientes para impulsar la producción agrícola porque falta mano de obra en los campos, insumos, herbicidas, fertilizantes, alambres, herramientas y tecnología.
El economista cubano e investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la American University, en Washington, Ricardo Torres, explicó que el asunto de la baja productividad agrícola es más complejo y está relacionado con factores como la tenencia de la tierra.
“La ineficiencia involucra varios factores, como la forma en que se estableció la propiedad de la tierra (en manos del Estado y dada en usufructo a los campesinos), fuerte centralización política, y una notable descapitalización de la infraestructura”, dijo el especialista.
En 2021 el Estado cubano indicó que de 6,4 millones de hectáreas de tierra agrícola en Cuba el 49% estaba sin cultivar. El país gasta alrededor de 2.000 millones de dólares anuales en la importación de alimentos.
A finales de octubre se conoció que la actual campaña de siembra de frío, responsable de garantizar la mayoría de los cultivos de ciclo corto, enfrenta atrasos en la Isla de la Juventud por la escasez del combustible diésel para la roturación de suelos y los eventos hidrometeorológicos adversos,
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