Un enorme estacazo de Yordan Álvarez con dos corredores en bases condujo este sábado a los Astros de Houston a una victoria de 4x1 ante los Phillies de Filadelfia para coronarse campeones de la Serie Mundial 2022, con definitivo sello cubano.
El tunero rechazó una sinker del supersónico zurdo venezolano José Alvarado en la sexta entrada para enviar la pelota a 450 pies por el center field y cambiar la decoración del partido con el batazo más importante de su corta trayectoria en Grandes Ligas.
Álvarez realizó su conexión después de 42 turnos al bate sin cuadrangulares y en medio de un prolongado slump, tras haber comenzado encendido la postemporada con dos jonrones sensacionales frente a los Marineros de Seattle. Cuando vio salir la pelota, se puso la mano en el pecho, para recordar que fue un batazo de puro corazón.
"Una vez que pisé la segunda base pensé que el estadio se estaba moviendo, fue la sensación que tuve", dijo Álvarez sobre su recorrido por las almohadillas tras el batazo, que disfrutaron sus padres desde las graderías. "No estaba teniendo una buena Serie Mundial y la fe que ellos siempre me brindaron con la confianza de que las cosas iban a salir bien, se dio".
Fue lo que necesitaron los Astros para ponerse al frente y comenzar a saborear desde temprano el título del Clásico de Otoño, con el respaldo de un impoluto desempeño del pitcheo de relevo y una impenetrable defensa.
Un triunfo merecidísimo para la franquicia de Houston que se agenció el segundo banderín de Serie Mundial en cinco años (la primera la ganaron en 2017) y seis viajes consecutivos a la discusión del campeonato de la Liga Americana. Pero sobre todo un acto de justicia providencial para Dusty Baker, ese caballero del béisbol, leyenda de las Grandes Ligas y extraordinario ser humano.
Baker era el mánager con más victorias en Grandes Ligas sin haber triunfado en una Serie Mundial. Este fue su triunfo 2,094 y su primera corona, después de haber acariciado el trofeo en oportunidades anteriores. Se convierte a la vez en el mánager de más edad que gana una Serie Mundial, con 73 años.
El juego de este sábado en el Minute Maid Park de Houston fue otro partidazo de buen béisbol de principio a fin. Una Serie Mundial de altos quilates, caracterizada por la espectacularidad, la entrega y el dramatismo como pocas en años recientes. Los Phillies estuvieron a gran altura competitiva, pero se les adormecieron los bates en la recta final. No se puede ganar bateando nueve hits en los últimos tres juegos, de 21-1 con hombres en posición anotadora y tomarse la friolera de 71 ponches en seis partidos.
Fue un digno colofón de la temporada 2022, que nos dejó gratísimas sorpresas, récords para la gloria y maleficios finalmente rotos para un as como Justin Verlander, quien se llevó su segundo anillo y una memorable victoria, largamente escurrida por ocho aperturas consecutivas de Serie Mundial.
El partido se mantuvo empatado a cero por cinco capítulos, gracias al hermético pitcheo de los abridores Framber Valdez (Astros) y Zack Wheeler (Phillies), ambos en gran noche.
Pero en la parte alta del sexto el maldito Kyle Schwarber despachó una bola baja y pegada hacia la gradería del right field para poner delante a los Phillies y animar las expectativas de un despertar ofensivo y de un séptimo juego en Houston. Gran Serie Mundial para Schwarber, que conectó seis batazos de vuelta completa en postemporada, dos de ellos en encuentros consecutivos, convirtiéndose en el primer jugador en la historia de la franquicia en lograrlo.
La celebración duró poco entre los partidarios de Filadelfia, porque los Astros dieron un contragolpe sideral en esa misma entrada. Martin Maldonado recibió un deadball (que fue sometido a revisión, sin suerte, por el mando de Filadelfia) y luego de un out forzado en segunda por rolata de José Altuve, Jeremy Peña disparó un metrallazo que llevó al corredor hasta tercera.
El mánager Rob Thomson tomó la decisión apresurada de aplicarle la grúa a Wheeler para traer a Alvarado en el intento de neutralizar a Álvarez. Wheeler tenía apenas 70 lanzamientos y solo había permitido tres inatrapables, pero el librito es el librito: Alvarado vino a matar al zurdo con lanzamientos de humo y ya sabemos cuál fue el desenlace de delirio.
La puntilla cayó poco después con cañonazo de Christian Vázquez, sustituto del lesionado Yuli Gurriel en el sexto turno de la alineación. Vázquez impulsó a Alex Bregman desde la intermedia, adonde había llegado por boleto y wild pitch de Alvarado.
Y así terminaron las cosas. Los relevistas de Houston, Héctor Neris, Bryan Abreu y Ryan Pressly completaron sin sofocarse sus faenas. Y el Minute Maid se transformó en un hervidero de júbilo poco antes de la medianoche.
Fue la segunda Serie Mundial en años consecutivos con acento y jonrones cubanos en el juego final. En 2021 fue el habanero Jorge Soler quien marcó el triunfo para los Bravos de Atlanta, también con cuadrangular de tres carreras en el sexto partido, lo que le valió el trofeo de Jugador Más Valioso (MVP).
El MVP de este año no tenía mucha discusión. Jeremy Peña fue la bujía de estos Astros en los momentos clave y con el guante. Peña bateó 400 den la Serie Mundial, con 10 hits y OPS de 1,023, y se convirtió en el primer campo corto novato que conecta de jonrón en un juego de Serie Mundial.
El dominicano es el segundo debutante en la historia de Grandes Ligas que gana de seguidilla trofeos de MVP en el Campeonato Divisional y la Serie Mundial. Anteriormente solo lo había conseguido el lanzador cubano Liván Hernández con los Marlins de 1997.
Cuando terminó el partido y la fiesta se hizo sentir en los predios de Houston, Baker compareció en la mesa de entrevistas donde estaban Papi Ortiz, Frank Thomas y Alex Rodríguez. Le preguntaron cual sería el próximo reto tras cumplir el sueño de una Serie Mundial, y el carismático mánager dijo que ganar otra vez.
Hay muchas cosas por definir aún para la temporada de 2023, pero por lo pronto ya sabemos que Baker y los Astros -la franquicia más exitosa de la década- quieren ir por más.
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Nota del redactor: Esta crónica de juego final de Serie Mundial la he asumido como sustituto del comentarista deportivo y amigo Michel Contreras, que impedido por un apagón en La Habana no pudo seguir los pormenores del partido. Espero no haberles defraudado.
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