El archiconocido lanzador cubano Liván Hernández ha sido anunciado entre los posibles votantes para el Salón de la Fama de Cooperstown en 2018.
Hernández integra una promoción de peloteros que encabezan el antesalista de los Bravos de Atlanta, Chipper Jones y el cerrador de los Padres de San Diego, Trevor Hoffman.
Liván abandonó Cuba en 1995 con sólo 20 años y doce meses después ya lanzaba en Grandes Ligas con los Marlins de la Florida. En 1997 ganó un anillo de Serie Mundial y fue premiado como el jugador más valioso de la Serie.
El hermano del “Duque” fue epicentro de una generación que despertó los fueros de la migración del béisbol cubano y además demostró que el pelotero de la isla podía triunfar en Grandes Ligas.
Quizás no esté dentro de las votaciones que exigen un 75% en las boletas para pertenecer a la inmortalidad de Cooperstown. Liván ganó 178 juegos y perdió 177 con efectividad de 4.44 en 17 temporadas dentro del circuito de MLB, signo de vitalidad y constancia. Hernández militó en nueve equipos y estuvo dos veces en el Juego Todos Estrellas.
El estelar ex pitcher enfrenta en estos momentos una seria situación financiera.
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