“Un abrazo para ti, hermano. Vamos a trabajar juntos y vamos a hacer muchas cosas”, le dijo este domingo el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel a Luiz Inácio Lula da Silva, tras su ajustada victoria en las elecciones de Brasil.
“El presidente Díaz-Canel felicitó a Lula por su victoria en las urnas, poco después de conocerse los resultados de las elecciones. Puedes contar con Cuba para todo, le aseguró”, indicó la Presidencia de Cuba vía Twitter.
El tuit fue acompañado de un video con escenas de Díaz-Canel en un supuesto diálogo con el candidato ganador y música épica de fondo.
“Tu victoria no es solo tuya. Tu victoria es de Brasil, de América Latina y el Caribe. Es una victoria por la paz, por la integración latinoamericana y puedes contar con Cuba para todo”, dijo el “cuadro” designado por el dictador Raúl Castro para gobernar Cuba y defender los intereses de la llamada “revolución”.
Grabado en lo que aparenta ser una estancia de la residencia privada de Díaz-Canel, el video deja ver al gobernante en el desempeño de sus funciones protocolarias, a las que asiste con su habitual falta de gracia y de voz propia.
A los pies de un inmenso televisor de pantalla plana, un split de aire acondicionado y un confortable sillón rojo que parece sacado de una peluquería, el primer secretario del Partido Comunista de Cuba proyectó una euforia que más parecía necesidad de ir al baño, antes que alegría por el triunfo de un viejo aliado del régimen.
Ni el gobernante ni Presidencia de Cuba indicaron cuáles son esas “muchas cosas” que harán junto al futuro presidente de Brasil, que consiguió por estrecho margen hacerse con un tercer mandato del gigante sudamericano.
Escaso como está el Palacio de la Revolución de ideas originales, quizás Díaz-Canel quiso referirse al proyecto de Lula y el PT de retomar el Programa Mais Médicos si ganaba las elecciones, a pesar de la creciente evidencia del uso de médicos bajo condiciones de “trabajo esclavo” por parte del régimen cubano, denunciada por organismos internacionales y ONG’s.
O quizás el régimen cubano esté pensando en un nuevo envío de tabacos a Brasil como garantía a otros préstamos millonarios, tal y como hizo con el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que aceptó puros cubanos como garantía del préstamo de mil millones de dólares para la construcción de la Zona de Desarrollo del Puerto de Mariel.
Como programa de relaciones bilaterales, “muchas cosas” podría incluir nuevas malversaciones de los fondos públicos brasileños, como los 650 millones de dólares financiados por BNDES que fueron utilizado indebidamente según reveló una auditoría del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) de Brasil.
Conociendo el empeño de Díaz-Canel por demostrar los frutos de su doctrina de “resistencia creativa”, la agenda de relaciones con el futuro gobierno de Lula puede incluir escándalos de corrupción como el de Petrobras, en el que se vio envuelto Marcelo Odebrecht, expresidente de la constructora Odebrecht, encargada de la construcción del megapuerto del Mariel, y por el que fue condenado a 19 años y 4 meses de prisión.
Poco margen queda ya en estos tiempos para intentar resucitar Alianzas Bolivarianas o Foros de São Paulo, pero qué otra cosa podrá proponer Bruno Rodríguez Parrilla a su futuro homólogo, salvo peligrosas cooperaciones triangulares con Rusia, China o Irán.
Lula (77 años), que se presentó a estas elecciones gracias a las cabriolas de la justicia que terminaron sacándolo de la cárcel dónde cumplía condena por corrupción, será el nuevo presidente de un país con un PIB de 1,609 billones de dólares (puesto 12 a nivel mundial en 2021). Algo se le ocurrirá hacer con Cuba. “Muitas coisas”, como dice Díaz-Canel.
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