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Cubanos residentes en La Habana protestaron ante las cámaras de la prensa extranjera acreditada en el país por los apagones que sufren desde hace días, tras el paso del huracán Ian y el deterioro de su calidad de vida.
Imágenes que recogen el descontento popular, que si bien no es similar a los que hubo el 11J, muestra a decenas de familias sonando calderos y denunciando la situación que viven.
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Sin electricidad la escasa comida se echa a perder, no hay servicio de agua potable, los niños y ancianos sin poder alimentarse, un caos que las autoridades no parecen poder solucionar en un corto tiempo.
"El pollo se me jodió y esto es una mierda", gritaba un cubano que a su vez se sumaba al cacerolazo espontáneo contra el gobierno.
Otros califican la situación de abuso y aseguran que el pueblo continuará en las calles mientras sus reclamos continúen sin respuesta.
Una vecina de Diez de Octubre cuestionó que no hayan restablecido el servicio eléctrico en todas las zonas, sobre todo en La Habana, donde el huracán Ian no provocó grandes estragos.
"No nos dan una respuesta de nada", agregó.
El despliegue de policías por las calles de la capital cubana y el intento de las autoridades locales de explicarle a la población que no será posible dar solución inmediata a la situación, más que tranquilizar, exacerba los ánimos entre los damnificados del primer huracán que provocó daños al país en la actual temporada ciclónica.
"72 horas sin luz, no hay nada, estamos en quiebra. Toda la comida se está echando a perder", gritó un hombre con evidentes muestras de enfado.
Algunos vecinos reconocen el malestar de los cubanos, que se agudiza con el calor, la falta de solución a los problemas y el discurso oficial que apela a la resistencia y el esfuerzo.
El gobierno cubano ha reprimido las protestas ciudadanas con despliegue de efectivos y recursos militares y con cortes de internet.
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