La agrupación Arnaldo y su Talismán y la cantante Haila Mompié estuvieron entre los invitados del concierto que organizó el régimen cubano en La Habana como parte de su campaña para movilizar a los cubanos a participar en el referendo del nuevo Código de las Familias.
Volcadas en pedir el voto por el Sí, las instituciones y autoridades cubanas han desplegado una frenética campaña a través de redes sociales, medios públicos de comunicación y eventos organizados a lo largo y ancho del país, con toda la parafernalia propagandística que rodea a una iniciativa legislativa con la que el régimen pretende reafirmar su presunta legitimidad.
Además de los mencionados artistas, el concierto “Para la Familia Cubana” contó con la participación de Los Van Van, la Compañía de Teatro Infantil La Colmenita, así como actores de la teleserie Calendario, según la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
El evento fue auspiciado por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en apoyo al referendo popular. Según la mencionada agencia oficialista, el espectáculo “se suma a otras acciones realizadas a lo largo de la semana por el movimiento sindical en la capital”.
El único sindicato legal del régimen cubano no especificó el costo de dichas actividades, aunque es de suponer que la participación de artistas “de la talla” de los mencionados, más la producción del concierto en un espacio como La Piragua, próxima al Malecón habanero, sumado al de todas las otras acciones, hayan supuesto un gasto considerable en el desconocido presupuesto de la organización sindical oficialista.
En mayo de 2022, la CTC de Cuba firmó acuerdos de colaboración con el sindicato español Unión General de Trabajadores (UGT) en varias materias, entre las que destacó “la capacitación sindical”.
Una simple consulta al sitio oficial de UGT revela el presupuesto al detalle de la organización, así como el balance de cuentas por partidas y demás. En ese sentido, UGT podría capacitar a las autoridades sindicales del régimen cubano en temas de transparencia y gobierno abierto para que sus cuentas no fuesen opacas y los cubanos que hoy sufren la mayor crisis en décadas pudiesen saber en qué y cuánto dinero se gasta en propaganda el gobierno de la “continuidad”.
Como parte de ese dispendio, el régimen ha apostado fuerte para mostrar al mundo los supuestos “mecanismos democráticos” de validación de sus leyes, nacidas en el seno de la unicidad de poderes, en la que el “legislativo” está al servicio de la llamada “revolución” cubana y el socialismo.
Este viernes, el intelectual cubano Miguel Barnet, participó en un conversatorio en la sede del CENESEX sobre el nuevo Código de las Familias, en el que tomó la palabra para frivolizar sobre la discriminación y persecución contra los homosexuales que en los años 60 y exculpar al dictador Fidel Castro de toda responsabilidad en dicha represión.
Por su parte, el domingo pasado, el ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba sirvió de avanzadilla a esta parafernalia propagandística, orquestando la votación en el exterior para refrendar el Código, en una convocatoria en la que solo pudieron participar los cubanos en misión oficial en el exterior.
Este domingo 25 de septiembre, el nuevo Código de las Familias se someterá a referendo popular en todo el territorio nacional, luego de que fuese aprobado por los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular en su IX Período Ordinario de Sesiones, luego de generar una polémica en la sociedad cubana en la que las auténticas preocupaciones de activistas cubanos por la ganancia de derechos y las opiniones en contra de sectores de la sociedad civil fueron puestas al servicio de la manipulación oficial como parte de un “debate” que presuntamente legitima los mecanismos de participación de la dictadura.
“No podemos seguir lamentándonos por los recursos de los que carecemos”, expresaba en febrero el secretario general de la CTC Ulises Guilarte De Nacimiento arengando a los trabajadores cubanos a mantener el apoyo a la “revolución y sus líderes” y la “moral alta” que por seis décadas han constituido la esencia de su doctrina sindicalista, a la que ahora se suma “la resistencia creativa”.
Quizás para Guilarte de Nacimiento sea ocioso discutir los presupuestos y las causas (más allá del “bloqueo”) de la carencia de recursos, pero quizás acceda a explicar cómo se gasta los escasos dineros de que dispone su organización, no en garantizar derechos a los trabajadores cubanos, no en denunciar las injusticias que padecen o en pactar subidas salariales o mejoras en sus condiciones laborales, sino en invitar a Arnaldo, Haila y Los Van Van a un macro evento propagandístico que señala, una vez más, el sentido "correcto" del voto a los ciudadanos.
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