Gobierno cubano busca revertir escasez de plastilina para uso escolar

Además de plastilina, en el país escasean libros de texto, libretas, lápices y mobiliario docente.

Fábrica de plastilina en Manzanillo, Granma © Granma
Fábrica de plastilina en Manzanillo, Granma Foto © Granma

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Este artículo es de hace 2 años

El gobierno cubano espera revertir la escasez de plastilina con la fabricación de unos 200,000 juegos de este material escolar, a cargo de la Empresa de Producción de Medios de Enseñanza (EMEG), ubicada en Manzanillo, Granma.

De acuerdo con el diario oficialista Granma, la entidad retomó esta línea de trabajo tras la entrada al país de la materia prima necesaria, por lo que resulta posible cubrir la demanda del Ministerio de Educación (MINED) para el curso escolar 2021-2022, el cual tendrá su continuidad a partir de septiembre próximo.


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Antonio Rafael Llumbet Sánchez, gestor en Comunicación y Marketing de la EMEG, afirmó que esa institución es la única del país que fabrica plastilina y que los lotes que fabrican ahora tienen mayor calidad, pues no sueltan pigmento, por lo que no deben manchar la ropa y las manos de los niños.

“Para elaborar nuestra propia fórmula los especialistas de la empresa tuvieron en cuenta las elevadas temperaturas de un país tan tropical como el nuestro, así como los altos niveles de humedad, lo que ha permitido obtener desde 1989 un producto de calidad y de mayor duración que otras plastilinas importadas”, añadió.

Llumbet Sánchez reconoció que, por el momento, la cantidad de materias primas solo permite que la empresa realice entregas al MINED, pero que si logran aumentar los ritmos de producción, podrían comercializar el útil escolar mediante puntos de venta a la población.

Mientras el gobierno se preocupa por asegurar que llegue la plastilina a los centros educacionales del país, persisten los problemas para cubrir la demanda de uniformes escolares y de otros materiales como libros de texto e inmobiliario docente.

La propia ministra del sector, Ena Elsa Velázquez Cobiella, admitió el pasado marzo que desde hace dos años no se reciben los útiles necesarios, por lo que la entrega de lápices y libretas a los estudiantes, durante el curso que recién terminó, sería ajustada.

Velázquez Cobiella subrayó que el déficit de libros de texto haría necesario reparar y compartir los materiales de estudio entre dos o más alumnos y que, ante la imposibilidad de sustituir el mobiliario de las aulas, los centros educativos se ven obligados al mantenimiento de los mismos, a pesar de los muchos años de explotación y el deterioro de los mismos.

A la escasez de material escolar se suman los altos precios de estos insumos. Durante la última Feria Internacional del Libro, la población emitió fuertes y razonables críticas con respecto al valor de los textos. "Cuando pensabas que lo habías visto todo, llega (el gobierno) a estafar una vez más al pueblo. A los extranjeros que vinieron a vender en la FILH 2022 no les venderán de vuelta los USD invertidos en las compras + costos de transportación a 24 CUP", agregó la usuaria de Twitter @Claudiagb2019.

Según afirmó esta internauta, en el evento cultural una goma de borrar costaba 100 pesos; la goma de pegar, 200 pesos; cada libreta, 200 pesos; los libros, 1000 pesos; un portaminas, 100 pesos y un estuche de minas, 70 pesos.

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