Un informe preliminar sobre la masacre en escuela Roob de Uvalde, en Texas, reveló “fallos sistémicos” en la respuesta policial al tiroteo que dejó como saldo 19 niños y dos adultos asesinados a mansalva.
El análisis fue difundido este domingo por el diario The Texas Tribune, el cual tuvo acceso a la investigación realizada por un comité del Congreso texano.
En el informe del organismo legislativo se asegura que en la operación de rescate del colegio participaron 376 agentes que protagonizaron una “escena caótica y descoordinada que duró más de una hora”.
Apunta la investigación que las autoridades demoraron tanto en entrar al aula donde se atrincheró el responsable de la masacre, el joven de origen latino Salvador Ramos, con un grupo de alumnos debido a “fallas sistémicas y una toma de decisiones extremadamente pobre”.
“El grupo carecía de un liderazgo y de comunicación, y no tuvo urgencia para acabar con el tirador”, se afirma en el informe, dado a conocer por el citado medio de Texas.
Este análisis pone sobre la mesa, por primera vez, la incapacidad de las autoridades estatales y federales en genera, y no solo las del jefe de la policía del distrito escolar, Pete Arredondo, a quien hasta ahora se señalaba como principal responsable por la tardanza de los agentes a la hora de irrumpir en el aula y abatir a Ramos.
Se detalla, además, que a la escuela primaria Robb acudieron 149 agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, pues Uvalde se encuentra a pocos kilómetros de México; 91 policías estatales, 25 policías de Uvalde y 16 alguaciles, así como agentes de condados vecinos, entre otras agencias federales.
Según agentes entrevistados por el comité del Congreso de Texas, numerosos efectivos dijeron que no sabían quién estaba al mando de la operación y otros dijeron que Arredondo era el responsable.
El informe sostiene que ningún cuerpo, ni federal ni estatal, se ofreció a liderar el operativo pese a estar mejor preparados que la policía local, hasta que finalmente agentes de la Patrulla Fronteriza entraron al aula y abatieron al tirador sin pedir permiso a Arredondo.
Asimismo se reveló que el personal de la escuela primaria Robb solía dejar las puertas del centro abiertas por la escasez de llaves para todos los maestros.
“Si el personal de la escuela hubiera cerrado las puertas con llave como lo requería el protocolo, eso podría haber ralentizado el avance (del tirador) durante unos minutos”, apunta la investigación, en la que se reitera que Salvador Ramos había adelantado en sus redes sociales que estaba preparando un ataque, tras haber adquirido de forma legal un rifle de asalto AR-15.
Esta última semana, también trascendió la publicación de un nuevo video de cámaras de seguridad que muestra a policías fuertemente armados replegándose y esperando durante más de una hora en el pasillo de la escuela.
Las imágenes, publicadas por el diario local The Austin American-Statesman muestran a un grupo de oficiales que usan chalecos antibalas, cascos y en algunos casos hasta escudos, completamente inmovilizados en espera del desarrollo de los acontecimientos.
En el video se les puede ver caminando o corriendo por el pasillo, otros apuntan sus armas al aula, hablan, hacen llamadas o escriben en sus teléfonos móviles y uno hasta se echa gel hidroalcohólico en las manos utilizando un dispensador colocado en el pasillo.
En las imágenes difundidas -fragmento de un video mucho mayor- ninguno de los oficiales entra o intenta entrar al aula.
Incluso después de escuchar los últimos disparos, 45 minutos después de la llegada de la policía, siguen esperando.
Cuando finalmente agentes federales ingresaron al salón donde se encontraba Salvador Ramos y lo mataron, había transcurrido una hora y 14 minutos desde la llegada de los oficiales.
A finales de mayo, Víctor Escalón, funcionario del Departamento de Seguridad Pública de Texas, reveló en una conferencia de prensa que la policía de Uvalde esperó una hora por los refuerzos necesarios para abatir al responsable del tiroteo.
Ese dato crucial generó una ola de críticas por parte de especialistas y oficiales retirados, quienes consideraron que fue demasiado tiempo de espera.
También el Departamento de Seguridad Pública de Texas agregó que Ramos entró a la escuela sin ningún tipo de obstáculo, que la puerta del centro educativo estaba abierta y pudo acceder al interior sin que nadie se lo impidiera, lo que hizo saltar las alarmas de la comunidad sobre el nivel de protección real que tiene este tipo de lugar.
Sin embargo, lo que más dudas generó fue la actuación de la policía, que si bien llegó a los pocos minutos de recibirse la primera llamada al 911, retrocedió tras recibir disparos.
Sean Burke, un exoficial de recursos escolares de Lawrence, Massachusetts, "esperar una hora es repugnante".
El experto recordó que esperar refuerzos es una estrategia obsoleta y que los policías tienen la obligación de intentar detener a un atacante en el menor tiempo posible, sobre todo para evitar que haya un elevado número de víctimas y heridos graves.
El 24 de mayo de 2022, Ramos, exalumno de la Escuela primaria Robb de Texas, irrumpió en el recinto y mató a 21 personas: 19 niños y dos maestras.
El atacante habría herido a su abuela antes de perpetrar la masacre y fue abatido en el lugar de los hechos.
El tiroteo en el colegio localizado en Uvalde, Texas, se convirtió en el segundo más mortífero en Estados Unidos desde la masacre en la Escuela Primaria Sandy Hook en 2012. Ocurrió tan solo diez días después de otro tiroteo masivo en un supermercado Tops de Búfalo, que dejó un saldo de 10 fallecidos y 3 heridos.
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