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Celia González fue dada de alta del hospital de Santa Antonio, Texas, donde se encontraba internada desde el 24 de mayo, luego de que su nieto le disparara en la cara.
La paciente, de 66 años, había sido herida por su nieto antes de que este perpetrara una masacre en la Escuela Primaria Robb.
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Una niña de 10 años, la única paciente restante entre los heridos relacionados con el tiroteo, ha evidenciado mejoría y se considera que tiene una “buena condición”, como lo reporta el sitio de Twitter del hospital.
El esposo de la abuela, Rolando Reyes, confirmó a CNN que el disparo recibido por Celia González había perforado la mandíbula y una parte de la mejilla y que, probablemente, necesitaría cirugía reconstructiva para subsanar el daño.
La hija de Celia, Natalie Salazar, solicitó a través de la plataforma GoFundMe, apoyo para las operaciones restantes de su madre. De acuerdo con lo comunicado en su post, la paciente ya había sido sometida a cuatro operaciones desde su llegada al hospital.
El impacto de bala sucedió momentos antes de que su nieto se dirigiera a la escuela y matara a 19 niños y dos maestras.
Salvador Ramos, antiguo alumno de ese centro, disparó contra decenas de personas con un rifle adquirido a propósito de su cumpleaños número 18 y murió en un enfrentamiento con la policía en la escuela.
Este miércoles se anunció un plan para reconstruir la escuela donde sucedió la catástrofe, para que los estudiantes y el personal no regresaran al edificio donde ocurrió la tragedia.
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