La pizzería "La Romanita", ubicada en el Vedado habanero, permanece cerrada desde hace cuatro años y hoy es un basurero, según denunciaron varios internautas en las redes sociales.
Ubicada en la intersección de las calles 11 y 16, la otrora pizzería fue lugar de encuentro para familias cubanas residentes en La Habana, sobre todo en los años 80, y se caracterizó por la calidad de sus productos y servicios, que fueron en detrimento con el paso de los años y el aumento de las carencias en Cuba.
Aunque Yude Pupo, la persona que compartió en Facebook las fotos actuales del restaurante, asegura que hace cuatro años se encuentra cerrada al público, en 2020 el gobierno de La Habana anunció que "La Romanita" garantizaría la oferta de pizza familiar, durante las fiestas de Fin de Año.
CiberCuba no ha podido contrastar con fuentes oficiales toda esta información, porque hasta el momento las entidades locales no han respondido los mensajes enviados.
"El triste reflejo de la dictadura cubana, con todo sucio y en mal estado. Son continuidad de hambre y represión. Me da mucho dolor ver en esas condiciones un lugar que tanto visité", lamentó una persona.
"Qué pena. Solo construyen hoteles sin historia alguna y los lugares de siempre de La Habana se desmoronan uno tras otro", criticó otro internauta.
"Ya que el gobierno local lo tiene sumido en el abandono y no puede rescatarlo, deberían dárselo a algún emprendedor que sea capaz de volver hacer de ese restaurante italiano lo que antes fue", sugirió alguien.
El opositor y periodista cubano Adrián Leiva recordó en octubre de 2004 cuando visitó, quizás por última vez, "La Romanita" con la ilusión de reencontrarse con la comida que elaboraban en ese sitio, donde siempre había gente y valía la pena esperar una hora en las colas que se hacían.
Para su decepción, Leiva se encontró con un local vacío, sin la mayoría de los productos y un servicio de pésima calidad, y eso que la unidad gastronómica pertenecía a la Empresa de restaurantes de Lujo de La Habana.
"La Romanita, que antaño era una casa gastronómica agradable para quienes solíamos visitarla, se ha convertido hoy -gracias a sus malos administradores- en un verdadero desastre, donde los clientes lejos de pasar un buen momento sienten la sensación de haber penetrado en una especie de coliseo romano, como gladiadores a los cuales se les hace víctimas de un imperio de corrupción", escribió el opositor en CubaNet, años antes de aparecer muerto en las costas cubanas tras intentar regresar a la isla.
La escritora cubana Teresa Dovalpage, residente desde 1996 en Estados Unidos, recordó en su libro "La muerte entra por la cocina" sus encuentros en el restaurante de comida italiana y con especial énfasis en la crema de queso que allí elaboraban.
"La mayoría de los restaurantes estaban muy por encima de nuestro presupuesto; obtuvimos un pequeño estipendio, pero no fue suficiente para comer en lugares elegantes. Sin embargo, por La Romanita haríamos sacrificios o pediríamos dinero a nuestras familias. Juntaríamos nuestros ahorros y compartiríamos dos pizzas, dos cremas de queso y un flan", rememoró.
La decadencia de la gastronomía cubana, afectada por la mala gestión estatal y la falta de recursos que genera la corrupción, no solo afecta los productos y servicios, sino que edificios que antaño fueron importantes para los ciudadanos, ahora van camino a la ruina y el deterioro irreversible.
Una persona pidió un plato de comida en la Casa de la Cerveza, La Habana Vieja, y cuando lo sirvieron tenía una cuchara, lo que generó una ola de críticas por parte de otros usuarios de las redes sociales.
El Pío Pío de 39 y 42, Playa, el restaurante "La Carreta", en el Vedado; y el local de comida china Lai-Lai, en Varadero, son tres ejemplos recientes de instalaciones gastronómicas destruidas arquitectónicamente, poniendo en peligro la vida de las personas que transitan por sus alrededores.
"Hay olor a orina, los perros vagan y una cerca ensortijada por bejucos sueltos separa el abandonado espacio de la realidad citadina. Hace muchísimos años que el otrora Pío Pío de Playa dejó de ser un popular centro recreativo y se convirtió en una pequeña ruina galopante en medio de la ciudad", denunció la prensa oficialista.
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