El popular restaurante chino Lai-Lai de Varadero está en ruinas, tras más de cinco años cerrado para una supuesta reparación capital.
De acuerdo con una publicación de la revista oficialista Alma Mater, la edificación, ubicada en la calle 18 del balneario, justo frente a la línea de playa, presenta grietas de considerable profundidad y longitud en las paredes y muros, además de problemas en los techos, la carpintería y la cristalería. La fachada del restaurante, con vistas al mar, está prácticamente destruida.
El inmueble fue construido antes de 1959 como una casa de veraneo, pero con la llegada al poder de Fidel Castro, fue requisado por el Estado y convertido en un lugar de alquiler para la celebración de bodas, cumpleaños y fiestas de quinceañeras.
Poco tiempo después, aprovechando la exótica arquitectura del edificio, el gobierno decidió transformarlo en un restaurante de comida oriental en medio del principal polo turístico del país. El Lai-Lai (quiere decir vengan vengan en mandarín), se convirtió en un lugar de referencia para los visitantes foráneos, aunque por supuesto, no eran frecuentes las visitas de los cubanos, ante los altos precios de su comida y sus servicios.
La restauración capital que prometía devolver todo el esplendor patrimonial del conocido edificio lleva más de cinco años en planes, sin que se produzcan avances reales, más allá de colocar una cerca perimetral y apuntalar algunos paneles.
El abandono estatal afecta también a otras instalaciones similares, con altos valores arquitectónicos.
El restaurante La Carreta del Vedado, en La Habana, se encuentra en ruinas y presenta peligro de derrumbe, por lo que ha sido tapiado para esconder la magnitud del daño y evitar la entrada de pobladores que acudían a llevarse trozos de la decoración en madera de sus paredes, tomacorrientes, azulejos y otros aditamentos reutilizables.
La instalación, ubicada en la céntrica esquina de 21 y K, era visitada con frecuencia por los pobladores de la zona hasta que el manejo estatal fue dando al traste con la calidad de la comida y finalmente, con la integridad constructiva del inmueble. Varias denuncias se hicieron en redes sociales para alertar sobre la posible pérdida del edificio sin que las autoridades tomaran alguna medida para su rescate.
También en la capital del país, el antiguo restaurante Moscú comenzó a ser demolido a inicios de marzo de 2022. El gobierno pretende construir en ese espacio, en pleno corazón de la Rampa, un nuevo hotel, propiedad de la cadena Gran Caribe.
En 1989 el local fue destruido a causa de un incendio y durante más de 30 años permaneció cerrado, con las huellas visibles del fuego, en una muestra de la incapacidad del Estado para gestionar su reconstrucción. EL proceso para desmantelarlo demorará cinco meses
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