Cuba busca inversión extranjera para salvar su deteriorada industria azucarera y por ahora ya tiene en marcha tres proyectos con capital venezolano y ruso con el propósito de modernizar tres centrales de la isla, según funcionarios del Grupo Empresarial Azucarero (Azcuba).
Con ese objetivo, están en negociación tres proyectos que buscan revertir el deterioro de los centrales azucareros Ciudad Caracas, de Cienfuegos; Uruguay, de Sancti Spíritus, y el Jesús Rabí, de Matanzas; con capital de Venezuela (para el cienfueguero) y de Rusia para los dos restantes, informó este miércoles al diario oficial Granma la directora de Relaciones Internacionales, Negocios e Inversión Extranjera de Azcuba, Lourdes Castellanos.
También aseguró que nueve de los 25 proyectos que recoge la Cartera de Oportunidades para la inversión extranjera de Azcuba 2021-2022, están enfocados en la modernización de las fábricas azucareras cubanas.
Según su declaración, los 56 ingenios de azúcar aún activos en el país presentan deterioros de medio a alto.
Asimismo, puntualizó, que del total de proyectos con inversión extranjera previstos en este sector, seis se ejecutarán en el campo de la biotecnología y 19 tributarán al desarrollo del sector azucarero y los derivados.
En el campo de los derivados de la caña de azúcar señaló que existen algunas intenciones de negocios encaminadas a la producción de azúcar orgánica, de Sorbitol Ifos y de ron, así como a la instalación de una fábrica de calderas.
El deterioro de las fábricas de azúcar activas en el país es tal que para la zafra 2022-2023 solo molerán 26 centrales, de los 56 que aún se mantienen en la isla.
Esas fábricas son a las que les puede sacar mayor provecho, según el director de Informática y Comunicaciones Azcuba, Dionis Pérez.
De acuerdo con el directivo, con esos centrales se deberán paliar el suministro de azúcar de la canasta básica de los residentes en la isla y las necesidades industriales del uso de ese alimento, ante la crisis que enfrenta esta industria, que no pudo cumplir este año sus compromisos de exportación de azúcar, sobre todo a China, tras realizar la peor zafra en décadas.
De acuerdo con Pérez el sector se ha visto impactado por la adversa situación económica internacional, derivada de la pandemia de Covid-19 en el mundo y en la isla.
También el vocero de Azcuba justificó la debacle en el sector con el embargo de Estados Unidos, el cual motivó, dijo, afectaciones en la zafra, la siembra de caña y otras labores de atención al cultivo.
Asimismo, afirmó que las medidas restrictivas de EE.UU. son las responsables de la poca disponibilidad de recursos financieros e insumos, como petróleo, fertilizantes y plaguicidas, para las actividades en esa agroindustria.
No obstante, resaltó que con el control de la pandemia de Covid-19 en el país se podrá contar con mayor disponibilidad de fuerza de trabajo para la zafra y las labores agrícolas que demanda esa industria, en la que deberán recurrir cada vez más a la tracción animal como alternativa en los cultivos ante las dificultades en la adquisición de combustibles.
Pérez reconoció que la industria azucarera cubana fue incapaz de cumplir con el plan trazado, aunque insistió en que “está garantizada la entrega de azúcar a todos los cubanos" que se vende de manera racionada a la población a través de la libreta de abastecimiento.
Sus declaraciones confirmaron los datos adelantados por el grupo Azcuba en mayo último, cuando aseguraron que solo cumplirían al 52% el plan previsto para la zafra 2021-2022.
En diciembre último, ante la Asamblea Nacional, Azcuba dijo que preveía una producción de 911 mil toneladas de azúcar, pero al final solo llegaron a 431 mil toneladas, una cifra muy por debajo de la propuesta y la peor zafra en 121 años.
Según el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, del plan 2022, medio millón de toneladas se destinaría al consumo interno y el resto a la exportación.
Sin embargo, ante este notable incumplimiento, el vocero de Azcuba tuvo que admitir que el sector está inmerso en una en crisis por la falta de combustible y fertilizantes, además del mal estado de los centrales azucareros y las maquinarias y el atraso en la arrancada de la zafra y las lluvias.
"Ningún central arrancó en noviembre", afirmó el funcionario.
De las 89 calderas que molieron caña en la pasada contienda, actualmente 20 se encuentran en estado crítico, y solo se pudo utilizar el 60% del transporte por la falta de recursos, añadió el funcionario.
En la zafra 2020-2021, Cuba produjo 792 mil toneladas de azúcar, una producción que apenas cumplió el 66% el plan previsto de 1.2 millones de toneladas, además de calificar como uno de los peores resultados en los últimos 120 años en la isla.
Pero a pesar del estrepitoso fracaso de la zafra, las autoridades cubanas se empeñan en decir que con la producción de este año (474 mil toneladas) está cubierta la cuota de azúcar correspondiente a la canasta familiar normada.
Sin embargo, la afirmación publicada por Granma contradice los datos de los expertos que consideran que en Cuba consume entre 600 mil y 700 mil toneladas de azúcar anualmente, y tiene además comprometidas otras 400 mil toneladas en un acuerdo comercial con China.
De los 156 centrales que molían caña en 1959, apenas en la actualidad quedan unos 50 operando, aunque para la venidera zafra solo molerán 26 de esas industrias.
La reducción de la capacidad industrial en la isla es resultado del plan concebido y ordenado por Fidel Castro en 2002, la famosa tarea Álvaro Reynoso, con el que se desmantelaron 120 de los 165 centrales azucareros que estaban en funcionamiento por entonces.
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