El régimen cubano participa directamente en la formación y asesoramiento de las fuerzas represivas del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, y sus agentes intervienen incluso en interrogatorios bajo tortura de prisioneros venezolanos, denunció un informe del Centro de Estudios para América Latina (CASLA).
A partir de testimonios de oficiales desafectos del ejército y del servicio de inteligencia bolivariano, el Instituto CASLA documentó la presunta participación de oficiales del régimen cubano en las torturas y actos de represión practicados contra opositores y activistas venezolanos.
Bajo el título de “Informe anual de crímenes de lesa humanidad en Venezuela 2021. Licencia para matar y torturar”, el Instituto CASLA describió el asesoramiento de torturadores e interrogadores del régimen cubano a sus homólogos del régimen de Maduro.
Testimonios recogidos entre víctimas de torturas y malos tratos durante períodos de encarcelamiento o detenciones arbitrarias, dan cuenta de la presencia de estos “especialistas” cubanos durante los interrogatorios, llegando a participar incluso en los propios tormentos infligidos a las víctimas.
“En esta ocasión, haremos una breve referencia a la influencia del régimen cubano dentro de la represión en Venezuela, debido a que el Instituto CASLA está preparando una denuncia formal contra el régimen cubano ante la Corte Penal Internacional (CPI) por este tema, y publicaremos un informe sobre esto”, indicó la organización en el informe presentado a mediados de marzo ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
Haciendo referencia al llamado “manual cubano” de prácticas represivas utilizado por los represores del régimen chavista, el informe identifica tres áreas de la “cooperación” del régimen cubano en la represión y control social ejercido por Nicolás Maduro y su régimen en Venezuela: la “formación”, la “identificación de oficiales y civiles afines” y la “ejecución de la represión”.
“Estos son los mismos métodos que han sido utilizados en Cuba y en todos estos años nunca hemos sido derrocados, siempre nos hemos mantenido en el poder, y todo gracias a este trabajo que nosotros realizamos de contrainteligencia y aquí se lo traemos, para que ustedes trabajen apegados a este manual”, dijeron los oficiales cubanos a sus homólogos venezolanos, según relató un funcionario activo al Instituto.
Las ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, la violencia sexual, la persecución sistemática contra grupos civiles minoritarios, bien sea políticos u organizaciones de la sociedad civil, sigue siendo política de Estado, así como la tortura contra los disidentes y opositores, indicó el Informe.
El asesoramiento cubano sobre estas prácticas constituye un elemento esencial en la supervivencia del régimen violento y corrupto bolivariano, desde los tiempos de Hugo Chávez hasta la actualidad, denunció el Informe del Instituto CASLA.
“Exfuncionarios de inteligencia y de otros ministerios describieron cómo fueron formados por cubanos en Venezuela y en Cuba en materia ideológica, en formación de pensum militar, en formación y metodología de inteligencia, contrainteligencia y represión, y en métodos de torturas y su aplicabilidad”, destacó.
Desde el inicio del chavismo, “el régimen cubano ha trabajado activamente en la captación de civiles y militares y en su formación, en Venezuela y en Cuba, para luego ‘colocarlos’ donde puedan serles útiles para funciones específicas de inteligencia y control”.
Según el Instituto CASLA, “oficiales de alto rango cubanos (Coroneles) daban instrucciones específicas a los jefes del DGCIM sobre la importancia de la ‘neutralización’ de aquellas personas que hicieran cualquier clase de comentarios en contra del gobierno dentro de la oposición y en las bases y fuertes militares”.
Montajes de acusaciones falsas, siembra de pruebas, entre otros procedimientos falsos forman parte del manual de los represores cubanos, cuya presencia en Venezuela vienen denunciando organizaciones internacionales y de ese país desde hace años, y que ahora el Instituto CASLA ha reunido en una denuncia formal ante la CPI contra el régimen de Miguel Díaz-Canel.
Un testigo citado en el Informe aseguró haber estado presente en reuniones en distintas regiones del país, donde los funcionarios cubanos daban instrucciones directas a los Generales y Coroneles venezolanos “como si ellos fueran los jefes”.
Según su testimonio, los cubanos les llamaban la atención y les decían cosas como “esto no lo pueden hacer así”; “están dormidos”; “a este líder político o social no pueden dejar que siga caminando”; “a estos hay que buscarlos, meterlo presos, hay que sembrarlos, hay que neutralizarlos…”.
Por su parte, el funcionario en activo que colaboró con el Instituto CASLA hizo referencia al Manual de Contrainteligencia utilizado “como una biblia” por los represores de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM).
“Ese manual es el que lleva, por decirlo así, la Constitución de todo funcionario del DGCIM. De ahí tienen que guiarse para hacer los trabajos, ese manual fue hecho por los cubanos. Estos son los mismos métodos que aplican en Cuba”, afirmó.
"Los cubanos bajan a las celdas de tortura, y observan, cuando ven que los funcionarios no consiguen sacarle nada, se meten al cuarto y comienzan a hacerle preguntas a la víctima. Cuando ellos veían que la víctima no respondía a las preguntas que ellos hacían, ellos mismos tomaban el objeto para torturar y se volvían locos y comenzaban a pegar, a torturar a la víctima, sin importarle nada, como si ellos fueran funcionarios de la DGCIM también", señaló.
"Se tomaban esas atribuciones. Ellos siempre andan de civil con el fin de desinformar al pueblo, para que nadie se dé cuenta de que ellos son funcionarios cubanos”, añadió el funcionario en activo que colaboró con el Instituto CASLA.
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