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Luego de varias semanas de inestabilidad, el precio del dólar americano en el mercado informal cubano se mantiene en 100 pesos, mientras que el euro circula a 110 CUP y la moneda libremente convertible (MLC) roza el centenar, con un promedio de 99.30.
Estos precios de vértigo mantienen en jaque a los cubanos de a pie que necesitan de las divisas para poder acceder a las tiendas en MLC y adquirir productos de primera necesidad, como alimentos y artículos de aseo.
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Según el medio independiente El Toque, estas cifras se obtienen al comparar las ofertas para la compra y venta de estas monedas, a partir de lo que se publica en grupos de compra y venta, en las diferentes redes sociales, particularmente Facebook y Whatsapp, además del portal web de Revolico.
“Es importante aclarar que nuestra tasa representativa del mercado informal se forma a partir de «anuncios de compra o venta», es decir, no son operaciones concretadas, sino expresiones de «deseos» de los actores que concurren a ese mercado. El precio final de la operación puede y suele variar”, explica El Toque.
No obstante, a pesar de la aparente estabilidad de los últimos días, en diferentes post se observa que algunos usuarios aprovechan la escasez y la necesidad para incrementar el precio del USD o de la MLC. “Tengo 1700 mlc a 102”, escribió un internauta; “100 en efectivo a 105”, promocionaba otra persona en uno de estos espacios virtuales, que supera los 167 mil miembros.
Tras prohibir el gobierno cubano el depósito bancario de dólares en efectivo, el precio de esta divisa cayó en el mercado informal. La medida dictada por las autoridades cubanas entró en vigor el 21 de junio de 2021, y según aclaraba entonces el Banco Central de Cuba, a partir de ese momento “las personas naturales y jurídicas, tanto cubanas como extranjeras, no podrán realizar en esas instituciones depósitos o cualquier otra transacción en dólares estadounidenses en efectivo".
La reapertura al turismo en noviembre pasado y la decisión de Nicaragua de permitir la entrada de cubanos a su territorio sin la necesidad de obtener una visa, disparó nuevamente los valores de cambio, pues muchos buscan la forma de pagarse el viaje y, a través de caminos migratorios irregulares, llegar a Estados Unidos.
A finales de enero pasado, el gobierno de Cuba culpó a los medios independientes de la caída libre del peso frente al dólar, en un momento en el que la depreciación de la moneda nacional repercute en la capacidad adquisitiva de la población y en otros fenómenos económicos de gran magnitud, como es el caso de la inflación y el aumento de los precios.
El diario oficialista Granma instó a sus lectores a no creer en "esos medios que afirman saber a cómo está la tasa de cambio del dólar, el euro, o el MLC en la calle". "¿Acaso estos señores son hackers capaces de espiar los teléfonos de los cubanos? ¿Serán adivinos o telépatas? ¿Compraron una bola de cristal...?", preguntó el autor del artículo.
Según su criterio, la inflación en Cuba no es responsabilidad del gobierno o su gestión económica y la llamada Tarea Ordenamiento. Es consecuencia de otros fenómenos mencionados anteriormente, como la reapertura de las fronteras, la entrada de turistas y el retorno de las llamadas mulas.
Obvia en sus argumentos que los cubanos deben acudir a ese mercado negro para adquirir divisas porque el gobierno no ofrece alternativas para su compra, e incluso, mantiene la penalización a quienes venden dólares o euros por vías informales,
Las modificaciones al Código Penal, publicadas el 28 de enero último por el Tribunal Supremo Popular, ratifican las sanciones establecidas en 1987 y actualizadas en 2020, que establecen condenar con hasta cinco años de cárcel y multas de 500 a 1000 cuotas, o ambas, a quienes hagan "operaciones de cambio en mercados negros de monedas nacionales o extranjeras o por canales distintos a los legalmente establecidos".
Asimismo, el anteproyecto sobre la Ley No. 62 del Código Penal reafirma la imposición de penalidades a quienes importen o exporten monedas, vendan cualquier moneda extranjera y hagan pagos a otras personas contra reembolsos en el extranjero.
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