Vídeos relacionados:
El economista cubano Pedro Monreal advirtió que la producción de arroz y leche en la isla durante 2021 continuo en picada, al igual que el año anterior en los que se registraron los niveles más bajos en más de tres décadas.
Monreal explico en su cuenta Twitter que “la producción de arroz en Cuba en 2020 fue aproximadamente el 50% del nivel de hace 35 años. En 2020 cayó 37.5% respecto a 2019 y adicionalmente, de enero a septiembre de 2021 se redujo 8.7% en relación con igual etapa de 2020".
Lo más leído hoy:
Igual apuntó que la crisis en la producción de arroz es muy anterior a la pandemia del Covid-19, pues entre 2013 y 2019 se contrajo un 36,6%, al valorar los datos que ofrece la Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba.
Sobre la leche fresca también comentó que la producción en 2020 fue la tercera más baja en 30 años. "Se redujo 25,7% entre 2016 y 2020 y continuó cayendo. Entre enero y septiembre de 2021 fue 23% menor que en periodo comparable de 2020", expuso el economista en su red social.
También señaló que las "caídas de la producción de leche fresca en Cuba -con tendencia hacia la baja desde 2010- usualmente son compensadas por incrementos en las importaciones".
No obstante, puntualizó, en 2020 se rompió ese patrón, además, "con caídas simultáneas y niveles inferiores a los de hace 22 años en ambos indicadores".
Estas caídas continuas en picada de alimentos tan básicos para la población cubana, entre otros factores, se debieron también a la llamada “Tarea Ordenamiento”, según expertos cubanos.
Según la directora del Centro de Estudios de la Economía Cubana, Betsy Anaya, uno de los errores principales del nuevo ordenamiento es que no se tuvo en cuenta las opiniones de los productores agrícolas, por lo que las medidas "adolecen de la necesaria visión sistémica que la agricultura precisa".
Por ejemplo, las pérdidas de productores de arroz se debieron al incremento no proporcional de servicios como fumigación, abasto de agua e insumos básicos, entre otras causas que los llevaron a incumplir los planes de cosecha para este 2021.
A mediados de año, el diario oficialista Juventud Rebelde, expuso que el descontrol de enfermedades y plagas como los roedores, capaces de devorar campos casi completos, hizo que se perdieran 5.35 hectáreas en la Empresa Agroindustrial de Granos (EAIG) Fernando Echenique, de la provincia Granma, además de que no se aplicaron oportunamente las exigencias tecnológicas, la secuencia de labores agrotécnicas en ese cultiv.
Asimismo, en la EAIG Sur del Jíbaro, de la provincia de Sancti Spíritus, donde se garantiza los mayores volúmenes de ese grano en el país y a la que Japón donó tractores para aumentar su producción de arroz, se retrasó la cosecha, tras comprometerse a plantar 22,600 hectáreas del cereal.
Esa empresa, además, enfrentó durante meses la falta de combustible, por lo que se afectó su plan de siembra.
Los ganaderos productores de leche pasaron por situación parecida a la de los arroceros, ya que las autoridades no tuvieron en cuenta cuando fijaron los nuevos precios de compra a las actuales tarifas eléctricas, bastante elevadas en comparación con años anteriores, que prácticamente hacen imposible mantener activos los sistemas de refrigeración, además de que el Estado no garantiza la recogida del producto en los plazos estipulados.
Incluso, a principios de noviembre el gobierno cubano aumentó el precio de acopio de la leche de vaca fresca, en busca de incentivar esa producción, de hasta 20 pesos por litro, según determinados indicadores de calidad.
Con esta medida las autoridades esperan que la contratación de entrega de leche a la industria aporte cifras superiores en 2022, a partir de los indicadores establecidos de 520 litros para quienes poseen de una a diez vacas, y 550 litros para los que tienen más de diez.
“Cuba se ha quedado sin dinero, sin ingresos, literalmente. Por eso no puede importar todo aquello que no puede producir. Los únicos ingresos que tiene la isla actualmente son las remesas, muy obstaculizadas por el bloqueo, y ventas de MLC. Nada más!!”. “No se puede importar comida para el pueblo que es el que produce, pero sí se pueden construir hoteles, comprar patrullas y equipos antimotines”, comentan usuarios de la red en el análisis de Monreal.
Archivado en: