El gobierno cubano pedirá a productores y vendedores de alimentos que renuncien a sus ganancias para bajar los precios y que la población pueda acceder a los víveres que precisan para los venideros días de fin de año.
El anuncio lo hizo el gobernante Miguel Díaz-Canel durante el III Pleno del Comité Central del Partido comunista, donde abordó la desmesurada inflación que existe en Cuba, consecuencia de la implementación de la llamada Tarea Ordenamiento.
"Hay dos medidas que son indispensables a cometer de inmediato, que son, ir a una discusión política con todos los productores y comercializadores, y convencerlos de la necesidad de en las circunstancias actuales, renunciar a un determinado nivel de rentabilidad o ganancia particular o colectiva, en función de bajar precios y que la población tenga precios más asequibles", expresó.
El mandatario afirmó estar convencido de que la mayoría de productores y vendedores estarán de acuerdo en renunciar a su dinero, "porque son parte de este pueblo".
"La otra es, cómo organizamos al propio pueblo para que el pueblo haga control popular sobre los precios, y que el enfrente, junto a los funcionarios públicos y las instituciones que están para eso, lo que sea excesivo en materia de precios", anunció.
En este momento el pueblo cubano sufre una escasez de alimentos sin precedentes, y sus precios cada vez están más fuera del alcance del ciudadano de a pie, en un país donde el salario mínimo es de 2,100 pesos mensuales.
El valor de la carne de cerdo, alimento básico de los días de fiesta, ha alcanzado cifras récords y muchas familias han renunciado a la tradición de comer puerco asado en la cena de Noche Buena y del 31 de diciembre. En provincias como La Habana la libra está a 250 pesos y se espera que llegue a 300 antes de acabar el año.
Díaz-Canel confía en que la "discusión política" sirva para bajar los precios. Pero no se refirió a la necesidad de bajar los de los productos que el gobierno oferta en sus tiendas, tanto en pesos cubanos como en moneda libremente convertible (MLC).
Los precios que fija el Estado también son desmesurados, sin contar que la mayoría de los artículos de primera necesidad se venden en MLC, una moneda con la que no se pagan ni los salarios ni las jubilaciones y que tampoco se vende en Cuba.
En la intervención de este viernes, Díaz-Canel aseguró que pese a la crisis económica, política y social que atraviesa el país, 2021 fue un año de victorias en el que sobresalió "la creatividad" de los cubanos.
"Hemos desmontado una intensa y profunda operación de agresión por parte del imperio, que apostó por hacernos desaparecer y estamos vivos", dijo.
El lunes pasado el primer ministro Manuel Marrero anunció nuevas medidas para rectificar el ordenamiento monetario, tras reconocer que la aplicación de dicho plan económico fue un fracaso.
Ese día se informó que el Ministerio de Economía y Planificación (MEP) ha diseñado un cronograma de 33 actividades para corregir los problemas que tuvo el ordenamiento monetario, tanto en su diseño como en su implantación, que generaron "resultados no deseados y múltiples insatisfacciones entre la población", según Marrero.
Al hablar ante los diputados al Parlamento, el dirigente dijo que entre los problemas principales del ordenamiento monetario están los precios excesivos, la falta de correspondencia entre estos y la calidad de los productos o servicios, y la tendencia de las empresas estatales y otras formas productivas a elevar los precios para paliar sus insuficiencias.
"El efecto positivo esperado del incremento de los ingresos, a partir de la aplicación de la reforma general de salarios, pensiones y prestaciones de la asistencia social, ha sido minorado por el sostenido crecimiento de los precios, lo que afecta la capacidad de compra, con mayor impacto en las personas de menor poder adquisitivo", reconoció.
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