Este 25 de noviembre, como cada año desde 2016, el Proyecto Nuestra América homenajeó la figura del dictador Fidel Castro, quien fallecía en esa fecha; la misma en la que -60 años atrás- salía de México en el yate Granma rumbo a Cuba.
Desde la muerte de Castro, la organización política Proyecto Nuestra América, le homenajea con una marcha desde el parque de El Quijote en la céntrica avenida 23 de la capital, hasta el Malecón, donde celebran el ritual de lanzar un simbólico yate Granma al mar.
Este año, en vez de los artilugios de años anteriores, la réplica del histórico yate estuvo a cargo del artista plástico Kcho, admirador de Fidel Castro y partidario del régimen totalitario construido en Cuba bajo su prolongada dictadura.
Reunidos en el parque de El Quijote en la tarde de este jueves, un nutrido grupo de jóvenes con camisetas y pañuelos rojos celebraron su acto recordatorio, en medio de las habituales consignas que construyen los discursos de vacua efervescencia revolucionaria.
Desde allí se dirigió la procesión por todo 23 hasta el Malecón habanero, repitiendo sus consignas y cánticos hasta llegar al legendario muro costero. Sobre los hombros de unos cuantos viajó la réplica del yate Granma realizada por Kcho, artista que se hizo célebre con su obra inspirada en los balseros y el drama de la emigración ilegal de miles de cubanos en su intento de cruzar el estrecho de la Florida en precarias embarcaciones.
Concentrados en el Malecón, los jóvenes admiradores del tirano emprendieron la tarea de depositar la réplica del Granma en las agitadas aguas de una tarde de noviembre, no precisamente muy apacible.
Tres aguerridos jóvenes saltaron del muro del Malecón a la costa de diente de perro y llevaron el yate con dificultad hasta el borde del mar y… Tal y como describe la ley de Murphy, todo lo que podía salir mal, salió mal.
La tostada cayó del lado de la mermelada, o lo que es lo mismo, lanzaron la réplica del Granma al mar en medio de una ola que, junto al viento que soplaba, dieron la vuelta a la maqueta de la embarcación, realizada con cartón y materiales reciclables.
“¡Ya el yate va a zarpar!”, se escucha decir a una de las asistentes al acto que graba y comenta la escena con emoción. “Y con él nuestros sueños, nuestros deseos, nuestras aspiraciones para una Cuba mejor”.
“¡Hay mucho, mucho viento! ¡Ahí están los muchachos jugándosela! ¡Miren el oleaje, miren el oleaje!”, narró la testigo de la maniobra, justo en el momento en que los jóvenes lanzan el yate de cartón al agua de cualquier manera.
“¡Ay, la mierda!”, se escucha lamentar a uno de los asistentes en el video en el instante decisivo. “¡Se fue!”, dice otra mientas se ve aparecer a la réplica del yate en la cresta de una ola, completamente dado la vuelta, con la quilla mirando al cielo y los expedicionarios de cartón sumergidos en el mar.
“¡Se viró!”, observó otra de las asistentes mientras los empapados jóvenes responsables del lanzamiento regresaban de su maniobra, sintiendo el punzante diente de perro en la planta de sus pies y las miradas de todos los congregados clavadas en su fracaso.
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