La vieja maquinaria propagandística del régimen cubano intentó nuevamente pasar gato por liebre y mostró una muchedumbre que se congregó en La Piragua, en el Malecón de La Habana, para recibir a la delegación olímpica, afirmando que se había dado cita para celebrar el aniversario del nacimiento de Fidel Castro.
Ni fue ese el motivo de la asistencia, ni esta fue numerosa, sino más bien escasa. Sin embargo, los propagandistas de Palacio, expertos en presentar los reveses como victorias, aprovecharon el evento, celebrado en la noche del 12 de agosto, para exhibirlo como una fiesta en homenaje al dictador.
“Cuba esperó anoche su cumpleaños 98 en un mar de juventud, que gritaba a coro Fidel, Fidel, Fidel, con la misma pasión de sus padres y sus abuelos. Es el nombre de la Revolución Cubana para todos los tiempos. Feliz cumpleaños, Comandante. Venceremos”, tuiteó el gobernante Miguel Díaz-Canel.
Su publicación compartió fotografías de los asistentes y, a juzgar por las imágenes, el “mar de juventud, que gritaba a coro Fidel, Fidel, Fidel” no pasó de ser unos pocos cientos de personas entre atletas, familiares, autoridades y curiosos que se acercaron al escuchar música por los altavoces de la tribuna.
Durante el acto, el luchador cubano y pentacampeón olímpico Mijaín López tomó el micrófono para convertir oficialmente el recibimiento de los atletas en un mítin de apoyo a la llamada "revolución".
“Estamos a dos, tres minutos de un cumpleaños que es muy especial, de nuestro comandante invicto Fidel Castro Ruz. Creo que con la presencia nuestra aquí, estamos reafirmando toda la continuidad que dejó él aquí en esta patria. Y estamos contentos de llegar aquí y representar a nuestro pueblo, hoy, mañana y sieeeempre”, dijo Mijaín en La Piragua.
La llamada “continuidad” que lidera el gobernante designado por el general (r) Raúl Castro es un fracaso de comunicación y conexión con las bases que apoyan al régimen. Cada evento pensado para congregar muchedumbres y exhibir unidad en torno a Díaz-Canel, resulta un fiasco por la poca asistencia y la evidente desmotivación de la gente.
El rechazo que genera este tipo de eventos propagandísticos en tiempos de la más grave crisis socioeconómica del país hace que la participación sea escasa, aunque se disponga de medios de transporte y resortes coercitivos para estimular la asistencia.
De ahí que el régimen cubano haya preferido en los últimos tiempos aferrarse a la “crisis del combustible” para no realizar las grandes manifestaciones politizadas de otros tiempos.
Para muestra, un botón: Los actos por el Primero de Mayo en 2023 fueron aplazados por unas supuestas condiciones climatológicas adversas, que nunca sucedieron. Aunque la propaganda oficial insistió en mostrarlos como un apoyo de la sociedad al gobierno de Miguel Díaz-Canel, las imágenes reflejaron una participación bastante escasa.
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