Joven cubano detenido por protesta del 11J en Santa Clara está plantado en prisión

Las autoridades de la prisión llamaron a su familia esta semana para que visitaran al joven en la cárcel y lo convencieran de abandonar al huelga de hambre. 


Este artículo es de hace 3 años

El joven Andy García Lorenzo, detenido en las manifestaciones del pasado 11 de julio en Santa Clara, se mantiene plantado en la prisión La Pendiente de esa ciudad del centro de Cuba.

La familia del detenido, de 23 años, denunció que este lleva casi 10 días en huelga de hambre contra los malos tratos que padecen varias personas en la cárcel.


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Pide que se le de atención a un prisionero de más de 50 años que lleva varios días enfermo sin asistencia médica, y que el régimen libere la petición fiscal sobre su caso, explicó su hermana Roxana García Lorenzo en un video familiar enviado a CiberCuba.

Relata que las autoridades de la prisión llamaron a la familia esta semana para que visitaran a Andy en la cárcel y lo convencieran de abandonar al huelga de hambre.

Sin embargo, denunció Roxana, durante la visita el grupo estuvo todo el tiempo custodiado por oficiales que les imponían el tema de conversación. "Esta es una visita familiar, hablen de la familia y no de política", relató la hermana en referencia al trato recibido por los carceleros.

A pesar de ello, la joven pudo preguntarle a su hermano detalles de su detención el pasado 11 de julio.

"Yo me estaba manifestando y ya me iba para la casa, al lado mío había una mujer filmando, llegó la policía y la empezaron a golpear", contó él.

Al ver esto, Andy narra que levantó las manos, se las puso en la nuca y se arrodilló. Entonces fue subido a una patrulla sin esposas. Cuando lo sacan para esposarlo el oficial le dio una golpiza que se le inflamaron las manos, comentó la hermana.

Cuando fue llevado a las oficinas de Instrucción Penal el 11 de julio, el detenido pidió la asistencia de un médico para que revisara los moretones en todo su cuerpo pero su reclamo no fue atendido.

Por ello, el joven asegura que solo abandonará la huelga de hambre si la petición fiscal es de una multa. No admitirá ni siquiera un año de cárcel, como ha sucedido con otros manifestantes del llamado 11J, dijo a Roxana durante la visita familiar.

Asimismo, le contó que está orinando sangre porque el agua que le dan en la prisión no es potable. "Tiene pelos y otros residuos, da asco tomársela", apuntó.

El miércoles la madre de Andy, Tahirí Lorenzo, se personó ante las autoridades locales para denunciar la golpiza que recibió su hijo el 11 de julio, de la cual no supieron los detalles hasta el día de la visita; así como la falta de atención médica ese día a los manifestantes.

En el video familiar el padre, Nedel García Pacheco, afirmó que van a seguir reclamando y exigiendo sus derechos y los del joven.

Andy García Pacheco es respaldado por un clan familiar que se ha unido por la defensa de sus derechos en la provincia cubana de Villa Clara.

Entre ellos, se encuentra Pedro Osvaldo López y su hijo Jonathan, quienes durante varios meses han producido gratuitamente válvulas para la distribución de oxígenos a pacientes de COVID-19, las cuales han sido distribuidas a varios hospitales cubanos. Son muy queridos en la ciudad.

López ha defendido constantemente el derecho a denunciar las injusticias que están cometiendo contra Andy y responsabilizó a la Seguridad del Estado por la vida del joven y la integridad física de la familia.

"Tenemos mucho temor de lo que puedan hacerle a Andy, tenemos mucho temor de lo que puedan hacernos a nosotros. Pero tengo mucho más temor de no ser personas íntegras, y de no ser personas honradas y honestas. Tengo mucho temor de no poderle mirar a los ojos a mi hijo", afirmó.

"No me voy a callar, porque toda la vida le he enseñado que a las injusticias se pelean de frente y al que está haciendo algo mal se les sale al frente. Y ahora no voy a hacer lo contrario. No nos vamos a callar, y la única manera que tienen es, o nos meten presos o liberan a Andy", recalcó este emprendedor cubano.

Andy se encuentra cumpliendo medida de prisión provisional en el centro penitenciario de la provincia, conocido como La Pendiente y en espera de juicio por los supuestos delitos de “atentado”, “desorden público” y “desacato”.

Su padre asegura que es un muchacho de buena conducta, que ni siquiera tiene antecedentes penales, y solo salió pacíficamente a reclamar sus derechos.

Tras el 11 de julio estuvo desaparecido por más de 24 horas. Solo mediante gestiones personales la familia pudo saber dónde se encontraba detenido.

La primera visita permitida ocurrió ocho días después del 11J. Salió a ver a su madre con un pulóver de mangas largas y pantalón, lo cual extrañó a la mujer porque había un intenso calor. A la segunda visita, el 26 de julio, le pudo explicar a la madre que su vestimenta se debió a las marcas de los golpes que aún tenía en el cuerpo y que los policías le habían exigido ocultar como condición para ver a su familia, según un reporte de esas fechas realizado por el medio independiente Cubanet.

Según el auto de imposición de medida cautelar, con fecha 16 de julio, junto a Andy estaban siendo acusados: Mercy Daniela Pichs Martínez (23 años), Laván Hernández Sosa (30 años), Maikel Fleites Rivalta (36 años), Yerman David Gutiérrez Dueñas (17 años), Lázaro Raúl Fleites Gómez (34 años), Ángel Carrazana Caso (62 años), José Miguel Gómez Modeja (25 años).

Un listado de la organización CUBALEX indica que más de 600 personas continúan detenidas por manifestarse pacíficamente. Muchos de ellos sometidos a juicios sumarios y a condenas dictadas de forma arbitraria.

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