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El senador cubanoamericano, Marco Rubio, denunció la cobardía y la bajeza del régimen cubano tras denegar la autorización de marcha pacífica por el cambio convocada por la sociedad civil cubana para el próximo 15 de noviembre.
“El régimen de Castro y Díaz-Canel cada día cae más bajo en su nivel de cobardía. Ante el clamor de libertad que tanto añora el pueblo cubano, quien ha sido enfático en su llamado de #PatriaYVida, optan por censurar a los que querían marchar pacíficamente el #15N”, manifestó el senador vía Twitter.
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Este martes, las autoridades cubanas denegaron el permiso solicitado para la marcha, cuyos fines calificó de "inconstitucionales" y "desestabilizadores", según plasmó la respuesta de Alexis Acosta Silva, Intendente del Consejo de la Administración de La Habana Vieja.
El documento difundido en el portal del Gobierno de la capital, dirigido al dramaturgo Yunior García Aguilera, principal organizador de la marcha, indicó que el artículo 56 de la Constitución (derecho a la manifestación), que se alegaba por los convocantes dispone que estas respeten el “orden público y el acatamiento a las preceptivas establecidas en la ley".
Según consideraron las autoridades, este apartado no se tuvo en cuenta al organizar la manifestación, motivo por el cual consideraron ilícita la celebración de la marcha, al tiempo que cargaron contra los activistas que la convocaron al vincularlos, sin prueba alguna, "con organizaciones subversivas o agencias financiadas por el gobierno estadounidense", que pretenden "promover un cambio de sistema político en Cuba".
“¡Cuánto miedo le tiene la dictadura cubana a aquellas personas que luchan por la libertad d la isla! Cada día que pasa su esquema totalitario se derrumba y siguen optando por silenciar las voces de aquellos que son una amenaza a su sistema totalitario”, afirmó el senador cubanoamericano en un tuit en el que pidió libertad para Daniela Rojo, la moderadora del grupo Archipiélago que resultó detenida este lunes por su papel en la convocatoria de la marcha pacífica por el cambio.
El escrito de denegación preparado por el régimen cubano calificó la marcha de "provocación", asegurando sin evidencias que formaba parte de una "estrategia" para desatar un cambio de régimen en Cuba. En ese sentido, también aludió al apoyo público que recibió de legisladores estadounidenses y medios de prensa que -según dicen- "intentan desestabilizar el país e instan a la intervención militar".
El pasado 21 de septiembre, integrantes del grupo Archipiélago presentaron en las oficinas del Gobierno Provincial de La Habana y del Intendente del Consejo de la Administración Municipal de La Habana Vieja una solicitud de autorización para realizar una marcha pacífica en La Habana en noviembre.
A lo largo de los días siguientes se presentaron solicitudes similares en las provincias de Holguín, Villa Clara, Cienfuegos, Pinar del Río, Guantánamo, Las Tunas y Artemisa. Este lunes, después de hecha pública la denegación, activistas de Camagüey presentaron también una solicitud de permiso para marchar pacíficamente en su ciudad.
La marcha, programada inicialmente para el 20 de noviembre y luego cambiada para el 15, apelaba al artículo 56 de la Constitución, que reconoce a los ciudadanos el derecho a reunirse, manifestarse y asociarse con fines lícitos y pacíficos. Además, esgrimía el artículo 20 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sobre el derecho a ejercer la libertad de reunión y asociación pacíficas.
El propósito de la marcha, según declaró el dramaturgo cubano Yunior García Aguilera en Archipiélago, sería condenar la violencia y exigir la liberación de todos los presos políticos, respeto a los derechos de los cubanos y una solución de las diferencias a través de vías democráticas y pacíficas.
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