La tasa de fecundidad en Cuba ha decrecido en términos absolutos en el último año independientemente del efecto de la migración, señaló el último informe poblacional de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
Aunque desde 1978 la fecundidad en la nación caribeña no cubre la tasa de reemplazo de la población, lo registrado en 2020 demuestra un decrecimiento en números absolutos, advierte el análisis.
El pasado año nacieron menos personas de las que murieron, hubo 105,038 nacimientos y 112 439 defunciones, puntualiza el texto.
La ONEI subraya que el país terminó el año con un total de 11.181.595 habitantes; 11,875 menos que en 2019.
Al cierre del año 2020 en la isla se incrementaron, además, las personas mayores de 60 años, al reportarse que el 21,3% de la población ya tiene estas edades, informó el diario oficialista Tribuna de La Habana.
Este medio describió la situación de la natalidad en Cuba y afirmó que el decrecimiento poblacional se ha ido acentuando por los bajos niveles de fecundidad, la alta esperanza de vida y un saldo migratorio negativo (estadística que tiene en cuenta solo a aquellos inmigrantes y emigrantes que entran o salen del país con carácter definitivo).
La doctora en Ciencias Dixie Edith Trinquete Díaz, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (Cedem), dijo a ese rotativo que el tamaño actual de la familia cubana no sobrepasa los dos hijos, y en muchos casos ni siquiera alcanza esa cifra.
Para muchos especialistas, explicó, tal descenso responde a una trama que incluye situaciones económicas, de vivienda, y otras de carácter sociocultural que son difíciles de revertir.
La investigadora defendió que la mujer no es responsable de esta situación, pues los padres también desempeñan un rol determinante en la concepción de la familia.
En el contexto actual de Cuba, marcado por una profunda crisis económica, política y social, las decisiones con respecto a la maternidad también pasan por el tema de la migración externa e interna, las altas tasas de divorcios y los problemas socioeconómicos individuales, puntualizó.
Mencionó que en la baja fecundidad también inciden los altos niveles de salud sexual y reproductiva y acceso a la anticoncepción, que reconoce la igualdad de derechos y oportunidad para las personas, señaló la experta.
Por último, reconoció que la situación es compleja y podría no resolverse, pues "ningún país ha logrado revertir sus tasas de fecundidad, ni siquiera aquellos con un desarrollo económico que les permite programas de estímulo a la natalidad, o aquellos que reciben muchos inmigrantes e incrementan su población por esa vía".
Estas explicaciones reconocen el problema de forma general, pero hechos puntuales visibilizados en redes sociales demuestran que las madres cubanas no cuentan con las suficientes garantías para asegurar la maternidad.
Ante un divorcio, la mujer carga con la mayoría de los gastos y responsabilidades de la maternidad, sin garantías legales de que el padre continúe al tanto de las necesidades de los hijos de forma pareja.
Una madre cubana afirma que vive "raspando la tierra" para dar de comer a sus cuatro hijos menores en medio de la escasez de alimentos y productos básicos que vive el país.
La joven Bárbara Yadira González contó al portal de noticias Cubanet que es difícil conseguir alimentos para los niños, pero sus problemas no terminan con la alimentación, ella además no tiene donde vivir y se encuentra deambulando por casa de conocidos y amigos en el municipio habanero de La Lisa.
A pesar de haber pedido ayuda al gobierno, su situación todavía no se ha resuelto; aun cuando le dijeron que había sido incluida en un plan gubernamental para el otorgamiento de una vivienda.
Otras denuncias hablan de mujeres sin vivienda que han ocupado lugares abandonados en varias regiones del país para vivir y padecen las amenazas del gobierno, y de funcionarios que les dicen "si no tienen casa para qué paren tantos hijos".
Hace algunos meses las autoridades cubanas amenazaron con desalojar a siete mujeres y diez niños que viven de manera ilegal en un local estatal que estaba abandonado en La Habana.
En abril el grupo ocupó el inmueble ubicado en la carretera de Murga, en la zona del Wajay, perteneciente al municipio Boyeros. Según las mujeres, la construcción está abandonada desde hace más de 40 años, a pesar de lo cual fueron citadas a la sede del Partido del territorio, y allí les dijeron que tenían tres días para marcharse del lugar.
El contexto del Covid-19 también ha impactado la natalidad. Al menos 30 mujeres embarazadas han perdido la vida solo en este mes de agosto a causa del coronavirus en la isla.
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