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El gobierno de Miguel Díaz-Canel recortó un 1% las inversiones destinadas a salud pública en el año de la pandemia, según los datos que acaba de publicar por la Oficina Nacional de Estadística e Información, en la serie Inversiones. Indicadores seleccionados. Enero-diciembre de 2020.
El recorte del año pasado se suma al descenso de las inversiones en sanidad durante el 2019, con lo que el Partido Comunista de Cuba encadena 24 meses recortando el dinero que destina a la prestación de servicios de salud pública en la Isla.
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Eso explicaría el estado de muchos hospitales en la Isla, donde los ciudadanos denuncian cada vez más escasez de recursos, pero también un aumento de las negligencias médicas.
Por otro lado, las cifras divulgadas por la ONEI arrojan un descenso más pronunciado en las inversiones en equipamientos, que se desplomaron el año pasado un 36,5%.
También decreció un 14% la inversión en suministro eléctrico, gas y agua, destaca a CiberCuba el economista Elías Amor.
En el lado contrario de la balanza está el ligero incremento de las inversiones en el sector de hoteles y restaurantes, con un 2% en 2020, frente al 1,9% de 2019. También aumentaron un 4,9% las inversiones en construcciones y montaje.
"Un año más, los dirigentes de la economía cubana deciden sacrificar las inversiones que son fundamentales para la innovación, la eficacia y la productividad. Y, además, que dependen en un alto porcentaje de unas importaciones de bienes intermedios y de equipo que, aun cuando no se dispone de datos, han debido caer de forma muy notable por la falta de divisas", añade Amor.
Al economista cubano le ha llamado la atención, además, que no se hace una inversión más o menos uniforme en todo el país.
"A partir de estos datos generales relativos a las inversiones, se observa una aplastante diversidad en los comportamientos territoriales de la inversión por provincias, lo que dice muy poco a favor de una gestión ordenada de la economía. A la cabeza inversora se sitúa Mayabeque, con un 36,9% de incremento (provocado por un intenso crecimiento de construcción y montaje, 56% y del 172% en “otras inversiones”), seguida de Sancti Spíritus con un 12% (también empujado con fuerza por construcción y montaje), Camagüey un 7,4% y Santiago de Cuba un 6,9%", detalló.
Elías Amor pone el acento también en la disparidad que existe en la inversión por sectores o actividades económicas.
"Los servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler alcanzaron casi la mitad de las inversiones, el 45,6% en 2020, después de haber partido de un 26,7% en 2015. Casi 20 puntos porcentuales en el curso de un lustro. No hay ninguna actividad que concentre este volumen de inversión en la economía cubana. La siguiente por volumen de inversiones es la industria manufacturera con un 12,8% y cinco puntos más que en 2015", añadió.
Todo esto lleva al economista cubano ha definir como "negativo" el balance de las inversiones en Cuba durante 2020 ya que, en su opinión, "no apuesta por la eficiencia y la productividad, sino por la construcción, que no ejerce los efectos tractores o multiplicadores sobre la economía, como consecuencia de las trabas que impiden su libre funcionamiento", apunta.
Elías Amor tampoco observa "una apuesta por la ciencia y la tecnología". De esta forma, "los sectores vinculados a la administración acusan igualmente la menor atención de las inversiones. En tales condiciones, la gestión de las inversiones no ha sido la más adecuada en un contexto de crisis económica como el que vive Cuba y anticipa bajos crecimientos económicos en los próximos ejercicios", sentenció.
Por su parte, el también economista cubano Ángel Marcelo Rodríguez Pita destaca que "ese recorte en la sanidad contrasta con la inversión en el turismo que hace el Gobierno cubano, específicamente en esa oferta turística de sol y playa, encaminada a favorecer el turismo en los cayos, que no beneficia para nada a la ciudadanía que está ubicada en las grandes zonas urbanas", dijo en declaraciones a CiberCuba.
Además, Rodríguez Pita llama la atención sobre el ligero incremento de las inversiones en la agricultura y esto, cree él, es contrastante porque esto "pareciera justificar el deterioro de la inversión en la sanidad. Sin embargo, ese deterioro en la sanidad, frente a la inflación que hoy experimentamos en un 250%, es realmente complejo y deteriora las capacidades de las instituciones públicas para afrontar la crisis actual, como también está deteriorado el sector de la agricultura, que no cuenta con capacidades para afrontar la crisis alimentaria que ya vivimos cotidianamente", concluyó.
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