El gobernante Miguel Díaz-Canel expresó su preocupación por el creciente número de contagios de coronavirus en Cuba: “La tendencia es al alza, no a la disminución”, afirmó.
“Incluso cuando tengamos vacunas, si no somos capaces de vivir con responsabilidad, también se nos complicarán las cosas con esta enfermedad u otra que venga”, agregó el mandatario en la reunión de este lunes del Grupo temporal de trabajo del Gobierno para la prevención y control de la epidemia.
Con un promedio diario de más de mil nuevos casos de contagios en lo que va de abril, las alarmas se han encendido en los despachos de las autoridades cubanas. A comienzos de mes, Díaz-Canel tuiteaba: “Alarmante inicio de abril, con promedio diario de más de mil casos, la mayoría en La Habana. En próximas horas habrá medidas de cierre más drásticas, como ante el primer rebrote de #Covid19. Baja percepción de riesgo es el mayor peligro”.
Sin embargo, en la reunión de este lunes el mandatario reconoció que el anuncio de nuevas medidas no responde a una estrategia acertada. “En ocasiones discutimos, ‘vamos a intensificar las medidas’, pero nos hemos damos cuenta que no es aparecernos con nuevas medidas, porque hemos enfrentado la enfermedad aplicando casi todas las medidas posibles”, admitió el gobernante.
“Lo que necesitamos es arreciar todas las medidas que ya tenemos, arreciar la exigencia en el cumplimiento de todo lo que hemos aprendido, y centrarnos, para así darle un golpe demoledor a la situación que tenemos con la pandemia”, explicó.
Ante la urgencia de controlar la propagación del virus, el mandatario subrayó el papel de la atención primaria, tanto en los consultorios como en los policlínicos, pero focalizó la solución en el diálogo “con la gente”. “El barrio y los hogares son el escenario”, agregó.
El planteamiento contrasta con lo expresado a finales de marzo por el presidente del Consejo de Defensa Provincial (CDP) de La Habana, Luis Antonio Torres Iríbar, quien achacó el descontrol de la epidemia a las “deficiencias que persisten” en la Atención Primaria de Salud y a las “negligencias” del personal de los policlínicos fundamentalmente.
Sin embargo, a pesar de las diferencias en el análisis del mandatario, este insistió en “vincular los factores” y trabajar más “con las organizaciones de masas y con los grupos de cada área de salud”. La supervisión burocrática e ideologizada de estas tareas, sumado al control de la población haciendo uso de las fuerzas de seguridad, parecen ser las claves de la estrategia cubana para el momento actual.
“Busquemos las fuerzas que hay en cada barrio. En cada barrio tenemos profesionales, tenemos estudiantes, tenemos maestros que ahora no están en actividad, tenemos profesores, si a todos los organizamos, ¡sobre cuánta gente influirán!”, dijo el gobernante, según Cubadebate.
A pesar de analizar la situación epidemiológica a nivel nacional, las autoridades pusieron el foco en la capital del país. Preocupado por el deterioro de la situación en el municipio Centro Habana Díaz-Canel enfatizó la necesidad de “lograr que sus pobladores entiendan que depende mucho de ellos cortar la transmisión”.
“Como único se puede lograr eso es convenciendo y -para convencer- ahora no tenemos la posibilidad de reunir a la gente en la calle, de hacer una asamblea del CDR, una reunión comunitaria”, señaló proponiendo una estrategia comunicacional casa por casa. “Necesitamos hablar con la gente y hacerlo con sinceridad”, puntualizó.
Hay que hablar con los líderes locales -insistió-, de forma tal que haya confianza entre los vecinos, empatía, credibilidad. “Hay que hablar de manera adecuada, porque habrá gente más exaltada, con más preocupación, más golpeada por la situación que estamos viviendo”, anticipó el gobernante.
“Hay que explicar que por mucho que tengamos un sistema de salud que se ha volcado, que se ha hecho todo lo posible, que por mucha gestión de gobierno que se haga, por mucha ciencia que haya, si no hay un comportamiento distinto no podremos cortar la transmisión”, concluyó Díaz-Canel.
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