Cuba no importa vacunas contra la Covid-19 porque no tiene dinero para hacerlo. Así lo ha reconocido el doctor Luis Herrera Martínez, ingeniero genetista y asesor científico y comercial del Grupo BioCubaFarma.
En una entrevista concedida a Cubadebate, el también fundador del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, aseguró que si Cuba tuviera que inmunizar a su población con una de las vacunas existentes en el mercado necesitaría más de 30 millones de dosis. "Eso se multiplica por el precio de cada dosis en el mercado... Ese dinero, hoy, no está disponible", reconoció.
En el mercado internacional, los precios de las vacunas anticoronavirus oscilan entre los 3 euros (4 dólares) que cuesta la dosis más barata (AstraZeneca); los 8 euros que se pagan por la rusa Sputnik y la inyección de Johnson&Johnson; los 17 euros que hay que abonar por las de Pfizer y BioNTech hasta llegar a los 31 euros de Moderna (37 dólares por dosis), según recoge la web statista.com.
El doctor Herrera se agarró al embargo de Estados Unidos y a la actual situación financiera del país, con un déficit público superior a los 86,7 millones de pesos (86.744.500 según Prensa Latina), para explicar que descartaron la importación de vacunas al contemplar la posibilidad de que el coronavirus se prolongue en el tiempo y la necesidad de tener que reactivar la vacuna.
Asimismo, justificó el haber renunciado a recibir vacunas del fondo solidario Covax porque, en su opinión, esas inyecciones se están repartiendo a un ritmo insuficiente por lo que la vacunación en los países que participan tardará "meses o años".
El asesor científico de BioCubaFarma da por buenos los planes de las autoridades de la Isla que pretenden inmunizar este año a todos los cubanos que accedan a vacunarse voluntariamente y eso es algo que, en su opinión, resultará imposible a muchos países debido a los problemas de suministros, que él cree que guardan relación con el hecho de que los mayores productores de vacunas estén en Estados Unidos.
Asimismo considera que se está magnificando la publicidad negativa en torno a la vacuna de AstraZeneca. "Ahí hay una evidente acción de mercado, porque lo que le están señalando es más exagerado de lo que ocurre", señaló.
Todo esto le lleva a concluir que además de no tener dinero para comprar las vacunas, para Cuba sería muy difícil lidiar con todos los intereses que hay en torno al mercado mundial de inmunización ante la Covid-19.
El Dr. Herrera cree que al tener Cuba la posibilidad de desarrollar varios candidatos vacunales, no tiene sentido preguntarse por qué el país no importa vacunas, recalcó, obviando que la pandemia está fuera de control en la Isla, donde se han detectado ya cinco cepas del virus y seis mutaciones.
Si finalmente los prototipos cubanos tienen éxito, se utilizarán "para el intercambio y la cooperación con otros países: de la región, africanos, asiáticos, y otros que se interesen", dijo.
Para el doctor Herrera, "buscar una vía propia (de producción de vacunas) era lo más viable para los objetivos de inmunizar a la población".
Hace poco, el economista cubano Pável Vidal, residente en Colombia, defendió en un foro organizado por la Universidad Autónoma de Madrid, la comercialización de las vacunas de la Covid como una futura fuente de ingresos que permitiría a Cuba que aliviar su profunda crisis económica.
El doctor Herrera, finalmente confirmó a Cubadebate que la decisión de no importar vacunas y producir prototipos nacionales se gestó en el país en el momento en que el coronavirus llegó a la Isla.
Los primeros casos de coronavirus reportados en Cuba se dieron el 11 de marzo de 2020, en tres turistas italianas procedentes de la región de Lombardía. Eso invita a pensar que Cuba estaría sin 'cash' desde entonces.
Al respecto, el Dr Herrera echó balones fuera. "Es una estrategia con la que se buscó seguridad y soberanía, sobre todo. Y cuando hablo de seguridad, hablo de una apuesta segura, con base en las posibilidades y en tecnología dominada”, concluyó.
Sin embargo, para el científico cubano Eduardo López-Collazo, la decisión de Cuba de encomendarse al éxito de sus prototipos, más que una apuesta segura es una temeridad.
López-Collazo defiende que Cuba juega a la ruleta rusa porque aún ninguno de sus candidatos vacunales ha pasado la Fase III por lo que no pueden iniciar el proceso de inmunización masiva.
Cuba ha presentado hasta el momento cinco vacunas (Soberana 01, Soberana 02, Soberana Plus, Abdala y Mambisa). De ellas, dos están en Fase III (Soberana 02 y Abdala).
Estas dos vacunas en Fase III (el pasado 5 de abril empezaron a inyectar la segunda dosis) se han aplicado a personal de la Salud, trabajadores de BioCubaFarma y personal de riesgo en la Isla.
Las autoridades sanitarias cubanas esperan vacunar a 1,6 millones de personas en La Habana a finales de este mes de abril con Soberana 02 y Abdala.
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