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El Gobierno de Cuba incluye a médicos y dentistas en la lista de 124 profesiones que no pueden ejercerse al margen del Estado en Cuba.
Aunque doctores y odontólogos nunca han tenido autorización para trabajar por cuenta propia en Cuba, en el país han proliferado, sobre todo, clínicas privadas de dentistas que ahora pasan de estar toleradas a estar prohibidas.
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De hecho, quedan expresamente vetadas en la Sección Q del Anexo I de la lista oficial de 124 actividades prohibidas por el Gobierno de Cuba junto con actividades de hospitales, un acápite en el que no se aclara si se refieren, por ejemplo, a labores de limpieza o de catering. Estos servicios suelen estar externalizados en países como España, que tiene una de las mejores sanidades públicas del mundo.
Sobre la ambigüedad del enunciado de la lista negra ha advertido la abogada de Cubalex, Laritza Diversent: "La mayoría de las actividades de la lista están en plural. Por tanto, por cada una de ellas pueden prohibir otras a discreción de la administración", señaló.
La prohibición que afecta a médicos y odontólogos abarca además a los enfermeros o en general a cualquier actividad que afecte la salud humana.
También alcanza a personal sociosanitario que se dedica al cuidado de personas con enfermedades mentales, discapacidad psíquica (el Gobierno de Cuba utiliza el término discriminatorio "retraso mental") y a toxícómanos.
Sólo se libran aquellos cuidadores que trabajan con personal con diversidad funcional, cuidado de personas enfermas o adultos mayores.
De esta forma, el personal sanitario cubano se suma a la lista negra en la que han entrado algunos veterinarios, arquitectos, ingenieros y periodistas, junto con quienes se dedican a fabricar armas o a sembrar plantas narcórticas.
Hay que recordar que a los veterinarios cubanos se les prohibió ejercer por cuenta propia en el decreto 20/2020, pero la protesta del Movimiento Animalista consiguió que el Gobierno cediera.
Las damnificados de la lista negra cubana hecha pública ayer han mostrado su disgusto en las redes sociales y los primeros en recoger frutos han sido los veterinarios que se dedican a atender animales de compañía, a los que se les permitirá ejercer por cuenta propia de manera excepcional.
El ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, se ha empeñado en explicar en la Mesa Redonda que no se trata de una lista negra sino de la ampliación de profesiones autorizadas a ejercer de manera privada en Cuba, que pasan de 127 a unas 2.000.
Sin embargo, los arquitectos no lo han visto así y han sido de los primeros en llamar la atención sobre la injusticia que representa para estudios de Arquitectura abiertos y en funcionamiento en Cuba, tener que cerrar en un momento de crisis económica en la que el Estado no puede ofrecer alternativas a los perjudicados.
En todo caso, la lista de 124 profesiones prohibidas a la iniciativa privada en Cuba no está cerrada y así lo recoge el encabezado del propio Anexo I, cuando advierte de la posibilidad de que sea modificado "a partir del proceso de conciliación de las normas jurídicas, actualmente en proceso de elaboración".
Supuestamente el Gobierno se refiere a la adaptación de la legislación cubana a la modificación de la Constitución que tuvo lugar en 2019.
Se trata de un calendario legislativo que los representantes del Partido Comunista dicen que tuvieron que dejar a un lado el año pasado debido a la crisis del coronavirus, aunque han manifestado su interés en retomarlo este año con la aprobación de 33 leyes y proyectos leyes entre los que se encuentra la Ley de Bienestar Animal o el decreto que regulará el derecho de reunión y asociación.
De momento, los médicos y dentistas cubanos tendrán que seguir trabajando para el Estado. Los primeros de ellos, bajo la atenta mirada internacional y la advertencia de la ONU, que considera Cuba podría estar incurriendo en trabajo forzoso con el envío de personal sanitario al extranjero a cambio de sueldos, cuya mayor parte va a parar a las arcas públicas.
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