El gobierno cubano decidió excluir la atención a los animales afectivos de las prohibiciones sobre el ejercicio privado de la medicina veterinaria dispuestas en el decreto ley 20/2020, luego de los reclamos y presiones de la sociedad civil.
En la emisión este martes del programa televisivo Mesa Redonda, el Ministro de Economía y Planificación de Cuba, Alejandro Gil Fernández, habló de las nuevas actividades que se autorizan en el sector privado, deteniéndose unos minutos en el referido ejercicio.
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Gil Fernández ratificó la prohibición de practicar de manera privada la medicina veterinaria, pero aclaró: “Lo único que se incorpora, se introduce una excepción, que es la atención a los animales afectivos”.
“Esa parte específica del trabajo por cuenta propia de la medicina veterinaria para la atención a animales afectivos, se permite en la nueva política”, aseguró. “Se van a introducir las modificaciones que corresponden a las normas jurídicas, para que eso quede debidamente respaldado”.
“Quería aclararlo porque es una cuestión específica que en los últimos días ha estado en las redes sociales con algunas consideraciones sobre este tema”, comentó el funcionario.
El polémico decreto ley 20/2020 fue publicado en la Gaceta de Cuba el pasado 29 de enero, y en su Artículo 5, inciso v, considera la práctica privada de los médicos veterinarios como una contravención, la cual será sancionada con multas de entre 500 y 3 500 pesos.
También incluye sanciones como el decomiso de animales y productos, la retención, desactivación o reembarque y el retiro de la Licencia Sanitaria Veterinaria.
La medida generó incomodidad entre los activistas defensores de animales, que muchas veces, por ejemplo, deben recurrir a los veterinarios que atienden de manera privada, debido a que en los centros estatales no cuentan con los recursos necesarios.
La protectora y escritora habanera Verónica Vega comentó a raíz del decreto que este pretendía “aplastar el ejercicio veterinario independiente”, negando “las campañas de esterilización que realizábamos los protectores y médicos veterinarios que, aunque tenían cierta dosis de clandestinidad, no eran ilegales”.
“Los veterinarios estarían arriesgando sus títulos o ser gravados con altas multas. Es un golpe tremendo a la protección animal que se ha venido organizando de manera espontánea, frente a la abulia de los organismos del Gobierno y la inestabilidad e insuficiencia de las clínicas estatales, carentes de todo tipo de recursos como vacunas, medicamentos o pruebas de diagnósticos”, dijo.
De igual forma, la medida fue criticada por un grupo de médicos veterinarios y zootécnicos cubanos, que emitió una declaración dirigida al gobierno de la isla, citando también la insuficiencia del Estado para brindar servicios de calidad.
No obstante, la decisión comunicada por Gil Fernández este martes todavía deja algunas lagunas. Lectores del portal oficial Cubadebate, donde se publicó un resumen del programa televisivo, se preguntaron qué pasaría ahora, por ejemplo, con los animales domésticos del campo.
“No entendí lo de los veterinarios y los que vivan en el campo que tienen animales de corral, ¿es mejor dejarlos morir?”, preguntó un usuario en la plataforma.
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