Una cubana le cantó las cuarenta al mandatario Miguel Díaz Canel, por los altos precios de los pocos alimentos que se venden en la Isla. "Hasta cuándo es el hambre", dijo.
En un video que se ha viralizado en las redes sociales, la mujer la hace un llamado directamente al mandatario cubano, a quien le dice: "Canel, tu y toda tu red tienen la cara durísima y te voy a explicar porqué. Hablas de la tarea ordenamiento, ¿cuál ordenamiento?".
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Seguidamente, la cubana comienza a mostrar en la grabación productos alimenticios y sus respectivos precios, que se hacen a veces imposibles para el ciudadano común.
"Mira para acá: esta libra de ají cuesta 35 pesos en la calle, esta cebolla 12 pesos, este huevo 10, esta ínfima cabeza de ajo vale a 2 por 25", dice.
Luego pasa al costo de la carne de cerdo: "Esta libra de carne de puerco con huesos le está costando al cubano de a pie -ya que tú no la vendes en ninguna otra parte- 80 pesos".
En los últimos tiempos han sido las mujeres cubanas, sobre todo las madres, las que han alzado su voz por los altos precios y la escasez de alimentos en el país.
En enero una madre cubana lamentó no haber podido comprarle confituras a su hija debido a sus precios en dólares y a la larga cola que había en una tienda de La Habana.
La mujer incluso se preguntó cómo era posible que todavía haya personas que digan “yo soy Fidel” o “estoy contigo Díaz-Canel”, en medio de esta situación de desabastecimiento.
Recientemente otra madre cubana denunció que llevaba casi dos meses sin recibir la dieta que le corresponde a su bebé, intolerante a la lactosa.
Según dijo, no era la primera vez que ocurría esto. "Han sido 2 años sangreados de exigencia y reclamación para la alimentación de bebés intolerantes a lácteos", sostuvo.
Otra madre cubana relató cómo se sentía al llegar a su casa y no poder explicar a su hija por qué vuelve con las manos vacías de los mercados.
“Lo que no logro explicarle a mi hija es por qué en un país en el que se llenan la boca diciendo que todos somos iguales, cada vez que salgo a la calle llego con las manos vacías, o con unas galletas raras que sustituyen las que antiguamente su papá y yo le comprábamos en cualquier tienda”, dijo.
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