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Antonio García Mayet, un cubano residente en Santiago de Cuba, denunció recientemente en su Facebook las situaciones en las que tuvo que superar el coronavirus en un centro de aislamiento de su provincia.
“Ingreso el sábado 30 de enero de 2021 a las 9:00 am por estar presentando fiebre constante desde el día 25 de enero de 2021 y fuerte dolor de cabeza, tos seca pero constante. Me dirijo al policlínico 30 de noviembre donde se me realiza un test rápido y da positivo”, relata García Mayet en el post, al que tituló “Mi odisea en un centro de aislamiento”.
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Luego comenta que al llegar al centro, junto a otra persona, ni siquiera les preguntaron si habían almorzado. Les dieron una cama y no fue hasta la noche que les brindaron una comida de mala calidad.
“Nunca nadie me tomó la temperatura ni la presión arterial, estaba tirado en un cuarto y solo salía a comer, me daba fiebre todos los días y de eso no se enteró nadie. El día 2 de febrero en la mañana apareció un ángel piadoso y me tomó la temperatura, tenía 37 en ese momento luego me subió, y como siempre me tomé la dipirona que traía desde mi casa, me puse abrigo, me tapé y sudé la fiebre. De eso no se enteró nadie”, expresa Antonio.
Tony García Mayet (nombre con el cual aparece en las redes sociales), destaca que en el centro se relacionaban las personas confirmadas como positivos al coronavirus y los casos sospechosos sin respetar los protocolos. Además pudo observar que los casos confirmados con la enfermedad estaban hasta tres días sin tratamiento y sin ir a un hospital.
Después de varios días logró tener el resultado negativo "gracias a una amistad que buscó en la base de datos y me dio el número de muestra 4452083. Pasé un día completo preguntándole a los médicos, enfermeras y cuantas personas me pasaban por al lado y todos me decían que no había llegado ninguna información a sus bases de datos”, dijo el paciente.
Antonio cuenta además que en la mañana del 3 de febrero, pidió desesperadamente una entrevista con quien dirige la comisión de salud que le debe atender, y en ese momento es cuando le comunican que por la madrugada lo fueron a buscar y no lo encontraron, para notificarle que su hoja de egreso estaba lista y podía esperar un transporte para irse a su casa.
Así termina la Odisea de Antonio, quien además describe las infrahumanas condiciones de los baños: “sin puertas, sucios, y con el agua fría para que se bañen personas enfermas”.
“Se me informa que no publique esto porque me bloquean el internet, así que si no me ven en la red es que estoy castigado”, así finaliza su post Antonio García Mayet, otro cubano que venció al coronavirus.
Tony no es el primer cubano que denuncia los malos tratos en centros de aislamiento, las críticas se reportan desde el pasado año, cuando la escuela vocacional Lenin fue convertida en uno de estos centros de manera improvisada por las autoridades cubanas.
“Me duele ver como en las noticias nos damos glorias de nuestro sistema para enfrentar esta pandemia, y en algo tan simple como la organización, toda la seguridad que habían logrado transmitirme en las diferentes emisiones y conferencias de prensa, ya no tiene ningún sentido, y al ver cómo han maltratado a mi familia, ha hecho que perdiera toda la confianza que una vez tuve en nuestro sistema de salud y del que sea”, lamentaba una familiar de personas recluidas en la Lenin.
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