La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos y los cuerpos de seguridad del Capitolio han expresado su preocupación por los equipos que pudieron haber sustraído los saqueadores durante el asalto al recinto el pasado miércoles.
En distintas redes sociales y medios de comunicación han circulado las imágenes de los invasores saqueando las instalaciones del Congreso y Senado, revolviendo papeles y en las oficinas de altos funcionarios del gobierno, como la de la Presidente de la Cámara, Nancy Pelosi.
Igualmente, el senador demócrata por Oregón, Jeff Merkley, denunció la desaparición de su laptop, lo que se suma a la consternación por la posibilidad de que los asaltantes hayan sustraído correspondencia confidencial y realizado copias de documentos gubernamentales.
Tras los sucesos Catherine Szpindor, Jefa Administrativa de la Cámara de Representantes, liberó un comunicado donde informa que se tomaron acciones para asegurar la infraestructura digital y la ciberseguridad del inmueble.
Igualmente dispuso que se “emitirían comandos para bloquear computadoras y laptops y apagar el acceso a la red cableada", aunque aseguró que no había pistas de que la seguridad de las redes estuviera comprometida.
Szpindor pidió también en su mensaje que se revisaran todos los protocolos de seguridad para laptops y computadoras de escritorio, tablets, Ipads, teléfonos móviles y todo tipo de almacenamiento externo USB.
Se requirió también que si los congresistas notaban que faltaba algo de sus pertenencias o creían que sus equipos podían estar “comprometidos”, enviaran un mensaje a la oficina de ciberseguridad para que esta tomara acciones al respecto.
Precisamente otra de las cuestiones que preocupa a las autoridades junto a lo que pudieran haberse llevado es lo que “pudieron haber dejado detrás”.
El representante demócrata por Arizona, Rubén Gallego, dijo que se debía hacer una revisión “exhaustiva” de lo que “se tomó, se pudo haber copiado o se dejó”, planteando la posibilidad de que “agentes extranjeros se hubieran infiltrado en la turba” y plantado dispositivos de escucha en las instalaciones, según declaró al portal digital POLITICO.
“Si se tratara de un grupo terrorista organizado como Al Qaeda podría haber muerto mucha gente aquí. Tiene que haber un recuento de todo”, agregó Gallego.
El debate sobre la seguridad del inmueble se ha centrado en por qué la policía del lugar, que cuenta con alrededor de 2000 efectivos, no estaba preparada para los disturbios, y en algunas ocasiones actuó de forma displicente con los alborotadores.
Al respecto, este jueves, Nancy Pelosi pidió la dimisión de Steven Sund, jefe de policía de las instalaciones, la cual será efectiva a partir del domingo 16 de enero.
Igualmente se espera una investigación sobre este cuerpo de seguridad, pues no estaban preparados con equipos antidisturbios pese a estar avisados de una posible escalada en las manifestaciones y en ocasiones se les vio “bromeando y haciéndose selfies” con los alborotadores dentro del Capitolio, justo antes de que estos invadieran el recinto, según refirió el citado medio.
Los disturbios en el Capitolio este miércoles dejaron un saldo de 4 muertos, al menos 14 heridos y 52 detenidos en el primer día, la mayoría de ellos por violar el toque de queda impuesto en la ciudad.
Washington DC permanecerá en Estado de Emergencia hasta el día 21 de enero, un día después de la toma de posesión del presidente electo Joe Biden y su vicepresidenta Kamala Harris.
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