La cubana Jirina Serrano Veranes, de 38 años, sobrina del locutor Rafael Serrano, salió de La Habana el 21 de agosto de 2019 junto a su esposo Alexander Martínez Ribera. La pareja voló hacia Surinam con ganas de echar para alante, pero las cosas no han salido como a ellos les hubiera gustado. Este viernes serán desahuciados de la renta en la que viven con un bebé de dos meses que sufre desnutrición. Necesitan ayuda.
Al mes de llegar a Surinam, Martínez y su esposa consiguieron trabajo. Él como carpintero y ella, limpiando casas. Los inicios siempre son duros para los emigrantes, pero la suerte parecía sonreírles, hasta que en febrero de este año, sin esperarlo, Jirina se quedó embarazada y tuvo que dejar de trabajar. Con 38 años, los nueve meses se le hicieron muy cuesta arriba. Luego vino la pandemia.
Finalmente Jirina dio a luz por cesárea un niño al que llamó Emanuel, pero perdió mucha sangre en el parto. Al intervenir, el ginecólogo detectó que ella tenía muchos fibromas que habría que mirar cuanto antes. Pero en estos momentos ella tiene cosas más urgentes en las que pensar. No le baja la leche materna y su bebé sufre desnutrición.
Hoy el pequeño Emanuel Serrano, que ha sido inscrito en Surinam con el apellido de su madre porque ella no está casada legalmente con Alexander Martínez, tendría que haberse puesto la primera de las vacunas que le corresponden por el calendario infantil, pero no hay dinero en su casa. El seguro médico les cuesta entre 3.000 y 3.500 SRD (dólar surinamés) y no tienen para pagarlo.
La pandemia los dejó sin opciones, recién llegados a un país extranjero. Viven al día, no tienen para pagar la renta y sólo han conseguido que el dueño de la casa donde han montado su hogar les dé un margen de dos o tres días para irse con un bebé débil, a vivir a la calle.
Como no tenían muchas opciones, Alexander Martínez se fue a la Embajada de Cuba en Surinam a pedir ayuda y al diplomático que le atendió sólo les reprochó que tuvieran un hijo en sus circunstancias.
La única ayuda que han recibido de la embajada cubana es la oportunidad de regresar a Cuba si pagan 300 dólares para inscribir al niño (nacido en Surinam) como ciudadano cubano.
Sólo así la familia podría repatriarse. Pero ellos no tienen dinero ni para comer. En estos momentos no pueden plantearse pagar esa cantidad para que el niño sea reconocido como cubano.
Jirina no se da por vencida. Ella sabe que en Surinam puede haber futuro para ella y su familia. En Cuba se dedicó a estudiar todo lo que pudo. "Tengo título de computación, de agronomía, de florería, de cocina, dulcería, panadería, de técnica de salón y cogí premio en Lengua Española por ortografía", comenta a CiberCuba.
"Sé hacer cakes, varios dulces, pizzas... Yo era la que cocinaba todo en la escuela de nuestras hijas allá en Cuba (dejaron dos adolescentes de 18 y 16 años en Cuba). Me gradúe con 5 puntos", dice orgullosa.
La única ayuda que han recibido de la embajada cubana es la oportunidad de regresar a Cuba si pagan 300 dólares para inscribir al niño (nacido en Surinam) como ciudadano cubano.
Pero sin una oportunidad, no se puede empezar. Los cubanos tienen ahora mismo a la opinión pública en contra en Surinam. "Aquí ya no quieren a los cubanos trabajando. Los están sacando de los trabajos. Hasta las motos se las van a quitar. Bueno, al que tiene moto", añade.
"Usted no sabe cómo me siento. No sabe cómo nos tratan a los cubanos en este país. El cubano no vale nada aquí. El salario es nada. Hay muchos cubanos durmiendo en la calle en estos momentos en Surinam. Me preocupan mi hijo y mi esposa. No quisiera que ellos vayan a dormir en la calle, pero los salarios son nada y nuestra embajada no hace nada por ayudarnos", asegura a CiberCuba Alexander Martínez, esposo de Jirina.
Conseguir algo de dinero para poder seguir durmiendo bajo techo en Paramaribo es casi misión imposible para esta familia cubana. Martínez ya se ha hecho a la idea de que le tocará vivir en la calle, pero está buscando y preguntando con sus amistades a ver cómo Jirina y el niño pueden quedarse en la casa de alguien hasta que él pueda reunir dinero para volver a rentar un apartamento.
"Pido ayuda porque no puedo más. Necesito, por favor, que alguna organización me ayude con mi bebé. He escrito a algunas personas y nadie me contesta. Nadie nos ayuda. Mi bebé ha dormido hasta en la calle. Ya no puedo más", recalca Martínez.
Salir de Surinam
En estos momentos son muchos los cubanos que quieren marcharse de Surinam. Justo hoy Fuerzas Especiales de Surinam cargaron contra un grupo de unos 200 cubanos que estaban plantados en Nickerie, en la frontera marítima con Guyana, a la espera de coger un ferry para marcharse del país, en caravana hacia Estados Unidos.
Sin embargo, las autoridades guyanesas les negaron la entrada al país y desde Surinam advirtieron a los cubanos de que debían marcharse o serían desalojados por la fuerza, como finalmente ha ocurrido.
La situación para los cubanos se hace insostenible en Surinam. Tienen a la opinión pública en contra.
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