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La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) autorizó este martes la primera prueba rápida para diagnosticar el COVID-19 que no requiere receta médica y que podrá hacerse en casa.
La prueba casera del coronavirus tendrá un costo aproximado de 30 dólares y su efectividad ronda el 96 %.
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"El paciente podrá comprarlo, tomar la muestra de su nariz, y en cuestión de 20 minutos obtener los resultados", dijo Stephen Hahn, comisionado de la FDA, en un comunicado.
El test, que se venderá en farmacias y a través de internet, es producido por la empresa australiana Ellume. Inicialmente habrá una cantidad limitada de la prueba, pero el fabricante anunció que espera producir tres millones en enero y elevará la producción en el primer semestre de 2021.
La prueba se realiza utilizando un hisopo nasal de cornete medio para extraer una muestra de la nariz que a continuación debe insertarse en un cartucho de un solo uso que devuelve los resultados en 15 minutos.
El analizador de pruebas se conecta al teléfono inteligente del usuario a través de Bluetooth y se empareja con una aplicación descargable que proporciona instrucciones paso a paso y muestra los resultados.
Ellume desarrolló la prueba con un contrato de $ 30 millones y el apoyo técnico del programa RADx Tech, administrado por el Instituto Nacional de Bioingeniería e Imágenes Biomédicas (NIBIB), parte de los NIH.
En noviembre, la FDA aprobó un test similar pero en ese caso se requería de una receta médica.
Con más de 16.4 millones de casos desde el inicio de la pandemia, Estados Unidos es el país más afectado tanto en número de contagios como en fallecimientos, con más de 302 mil fallecidos por causas asociadas al COVID-19.
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