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La Embajada de Cuba en Surinam culpó ayer a Estados Unidos de obstaculizar la emigración ordenada desde la Isla al incumplir los acuerdos migratorios que existen entre los dos países. Éste sería el motivo, según el Ministerio de Exteriores (MINREX), por el que una caravana de más de un millar de cubanos pretende recorrer 10 mil kilómetros para llegar desde Surinam a la frontera estadounidense, con la intención de solicitar asilo político.
No obstante, Cuba se abre a recibir a los integrantes de esa caravana, si Surinam se decide a deportarlos a la Isla o ellos desean retornar. Así consta en la nota de prensa publicada ayer por el MINREX.
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"Reiteramos la disposición de Cuba de recibir a todos los migrantes cubanos que salieron legalmente del país y se encuentran hoy en Surinam en condición irregular y que deseen retornar, en correspondencia con lo establecido en la legislación cubana. En estos casos, se proporcionará la debida asistencia consular y las garantías para un retorno voluntario y seguro", asegura el Gobierno cubano.
Sin embargo, se lava las manos con la situación irregular de los cubanos en Surinam y recalca que esos emigrantes salieron de la Isla con su documentación en regla y cumpliendo con los requisitos exigidos por el país de destino.
También advierte de que salir en caravana, cruzando irregularmente las fronteras de Guyana, Brasil, Venezuela y los países centroamericanos los convierte en potenciales víctimas de las mafias que trafican con personas y "bandas delincuenciales que operan en la región".
En la nota de prensa del MINREX, la Embajada de Cuba recalca su apuesta por la migración ordenada y el derecho de los cubanos a viajar, sin aclarar que sólo pueden hacerlo aquellos ciudadanos que no están "regulados" y a los que el gobernante Partido Comunista les impide la libre circulación.
Además, aprovecha para recordar que quienes tienen el pasaporte vencido y residen permanentemente en Cuba están autorizados a regresar sin abonar los impuestos revolucionarios que el Gobierno de la Isla cobra a los residentes en el exterior.
Más de 1.200 cubanos anunciaron su intención de salir en caravana hacia Estados Unidos el pasado 1 de diciembre, cruzando en ferry a Guyana.
Sin embargo, las autoridades locales no les han dado facilidades para hacerse la PCR que les pide el Gobierno de Georgetown como condición para atravesar su territorio en medio de una pandemia. Además, según las leyes de este país, deben pasar una cuarentena al entrar en Guyana.
Un numeroso grupo de cubanos (unos 490, según algunas fuentes) ha acampado en la zona donde deben abordar el ferry a Guyana con la intención de pernoctar ahí hasta que las autoridades de Surinam accedan a su solicitud de abandonar el país.
Desde mediados de semana, los cubanos que protestan en Surinam denunciaron a CiberCuba que el embajador cubano Igor Azcuy estaba en contubernio con las autoridades de Surinam para conseguir deportarlos a la Isla.
Entre cubanos residentes en Surinam no hay unanimidad de criterio a la hora de abordar cómo han de presionar a las autoridades para conseguir que les dejen salir del país.
Los que no quieren sumarse a la caravana reprochan a los que la integran que pongan a la opinión pública en contra de los cubanos con este desafío en tiempos de pandemia o que pretendan hacer huelga frente a las agencias de viajes para bloquear a los que quieren regresar en Navidad a Cuba.
El Gobierno de Surinam, por su parte, aseguró ayer que prestará ayuda humanitaria a los cubanos acampados en su frontera. Según recoge la agencia Reuters, para atenderlos pidió apoyo a la Organización Mundial de las Migraciones, a Acnur y a Cruz Roja.
Analistas achacan la iniciativa de montar una caravana de cubanos hacia Estados Unidos a la victoria de Joe Biden en las elecciones de EE.UU.. Sin embargo, esta teoría hace aguas teniendo en cuenta que estos planes migratorios estaban sobre la mesa antes del 3 de noviembre cuando los estadounidenses acudieron a las urnas.
Los cubanos están acampados en el muelle de Nickerie, a 200 kilómetros de la capital de Surinam, Paramaribo. Allí pretenden cruzar el río Corentyne para llegar a Guyana, pero el servicio del ferry está suspendido para evitar la propagación del coronavirus.
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