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Iliana Hernández, reportera de CiberCuba que se encuentra en la sede del Movimiento San Isidro, denunció que todos los que allí se encuentran protestando se quedaron sin servicio telefónico en sus celulares.
“Nos quitaron hasta el servicio telefónico del móvil, son asesinos. Espero que no tengan planeado asaltar la sede cuando estemos durmiendo. Mañana todos a las 3:00pm al parque Central”, dijo Hernández en su cuenta de Facebook.
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“No podemos llamar a nadie en Cuba ni en el extranjero”, dijo también la activista Omara Ruiz Urquiola.
Gracias a la previsión de los activistas, todavía están en condiciones de transmitir lo que sucede a través de sus redes sociales, pero les preocupa que llegue el momento en que se queden desconectados y aislados del mundo, lo cual podría dejar un margen mayor al régimen para el empleo de más violencia contra ellos.
Para Maykel “Osorbo” Castillo, la agresión sufrida este sábado en la noche en la sede de Damas 995, fue una maniobra de la seguridad del estado. Justo antes del asalto, los integrantes del Movimiento San Isidro que se encontraban en la sede se quedaron sin cobertura en sus teléfonos celulares.
El burdo plan, según Maykel, fracasó porque ellos tenían otras tarjetas prepago preparadas, con las que pudieron grabar y transmitir en vivo las escenas de la agresión. Gracias a ello, reafirmaron los activistas, el mundo pudo ver la bajeza que inspira las estratagemas del régimen.
Previendo que esta situación pueda llegar de un momento a otro, Ruiz Urquiola y Anamely Ramos han escrito una carta al Cardenal Juan de la Caridad García Rodríguez, solicitando “una mediación justa y generosa de una crisis que ni está creada por nosotros, ni es nueva, nace de décadas de coacción y violencia”.
Las activistas, católicas ambas, decidieron hacer pública la carta ante el peligro y la amenaza que significa quedarse incomunicados en medio de un operativo policial que parece dispuesto a utilizar cualquier recurso para desactivar la protesta. Según explicó Ruiz Urquiola en la conexión en vivo de Iliana Hernández, la carta al cardenal se la hicieron llegar de forma privada, pero ante el incremento en la escalada de violencia, decidieron hacerla pública.
Por ese motivo, pidieron que la opinión pública se solidarizara con su situación e hicieran circular la carta dirigida al cardenal solicitando una intervención humanitaria. Ruiz Urquiola se dirigió al Cardenal García Rodríguez pidiéndole que haga acto de presencia para frenar la embestida represora que están sufriendo.
Hernández recordó en su conexión que el objetivo de la protesta y la huelga de hambre que están siguiendo varios integrantes del MSI (también de sed en el caso de algunos de ellos), es conseguir la liberación de Solís y el cese de la violencia policial. Para la reportera de CiberCuba, la “escalada de violencia es muy preocupante”.
“Los esbirros, ayer, celebraban el ataque... que llegó a provocar sangre”, afirmó Iliana. Según ella, “el objetivo era llevarse a Luisma [Otero Alcántara]”. La violenta agresión sufrida este sábado, según concuerdan todos los “plantados” en la sede del MSI, tenía como objetivo provocar una riña y llevarse a Otero Alcántara acusado de desorden público.
“Son capaces de todo y pueden entrar por cualquier lugar. Ellos quieren matarnos y ayer lo demostraron”, aseguró Hernández, quien aprovechó la conexión para recoger el testimonio de Ruiz Urquiola y también de una cubana que ha ido a auxiliarles y confesó sentirse aterrorizada con lo que está pasando.
Según Ruiz Urquiola, entre los huelguistas ya empiezan a notarse signos de desgaste, pero mantienen firme su voluntad de continuar con la protesta. “Que el cardenal vaya a [la prisión de] Valle Grande y luego venga aquí. Él está a unos pasos”, solicitó la activista, quien insistió en la necesidad de hacer circular la carta enviada al Cardenal.
“Ahora hay 7 cubanos dispuestos a morir por otro en el que se encarnó el abuso que ya es norma, y no excepción”, declaran en la misiva. “Denis nos representa, aunque aquí hay mujeres, blancos, negros, un musulmán, un evangélico, un científico, una ex/bailarina, un rapero; en fin, el grupo es tan heterogéneo como una isla que se pobló con lo que traía la marea”.
“Si pudiera visitarnos será bienvenido”, le solicitan en la carta. “Su sola presencia es intercesión y quizás quienes detentan el poder entiendan que somos la expresión del cansancio extremo de un pueblo noble pero digno”.
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